'Seúl, São Paulo', capitales de Bolivia
Sobre la obra del escritor paceño Gabriel Mamani Magne, ganadora del Premio Nacional de Novela 2019, reeditada por Dum Dum y disponible en la Feria del Libro de Cochabamba que hoy concluye
Dicen que en la política no existen las casualidades. Me animo a decir que tampoco en la literatura. 2019 fue el año terrible en el que lo boliviano estuvo por enésima vez en cuestión. En julio de entonces, se otorgó el a la postre -nunca más recuperado- último Premio Nacional de Novela. Seúl, São Paulo, de Gabriel Mamani Magne, fue la obra ganadora. Y, si bien fue concebida varias gestiones antes (como la misma crisis de ese noviembre) y su trama específica no tenía nada que ver con el momento, es una gran postal de la crisis de nacionalidad que padecemos cada cierto tiempo.
¿Qué, al final de cuentas, es Bolivia? Tal vez esa sea la pregunta central que se trata de responder. Y se lo hace no desde conjetura sociológica alguna, sino desde el íntimo ajayu de dos jóvenes desertores del Estado: uno del servicio premilitar, otro del colegio. Ellos son Tayson, nacido en San Pablo, Brasil, pero trasladado a El Alto, seguidor del k-pop, poco dado a entender lo absurdo de las Fuerzas Armadas; y su innominado primo, alteño desde siempre, inmerso en las búsquedas fundamentales de la adolescencia y descreído del futuro que la educación fiscal le pueda ofrecer.
Un monolito ancestral, la urbe andina, un vendedor callejero de libros, familias confrontadas y amores púberes son secundarios de una historia que, por otro lado, tiene a la migración como eje central, retratando sus altas y bajas, pues lo boliviano se construye asimismo en Buenos Aires, Madrid, Santiago y Virginia, cuando no en San Pablo y también desde Seúl. “Somos los cuerpos que hemos acariciado’, dijo una vez Dino, borracho de tanta chela y libros de Fausto Reinaga. Somos los días que le quedan a esas estrellas. Somos la nostalgia del mar, dijo uno de sus amigos indianistas. Somos todas las guerras que perdimos”.
Sirva el pequeño fragmento como sobrada evidencia de la economía de palabras y calidad de una novela hecha para generar una lectura voraz, placentera y, especialmente, interpelante del ser nacional. De ahí que Mamani Magne (La Paz, 1987), también autor de El rehén (2021) y ganador de mùltiples certámenes literarios, se haya establecido como una de las voces más contundentes y prolijas de la nueva narrativa nacional. En el plano de soporte, lo es de igual modo Dum Dum Editora, que tuvo a bien reeditar este año Seúl, Sao Paulo que, sin lugar a dudas, es uno de los mejores títulos que se pueden hallar en la XVI Feria Internacional del Libro de Cochabamba, que hoy culmina en el recinto de Alalay.
Esta breve reseña no puede terminar sin exhortar de nuevo al Ministerio de Culturas, tan dado desde 2021 a la promoción de la (mala) política y no de las artes, a restituir el Premio Nacional de Novela, anulado por Jeanine Añez quien consideraba a las culturas como un “gasto absurdo”. En lugar de gestionar “cabildos” sin sentido, bien podría el Gobierno, como se hacía antes, utilizar a las empresas estatales para el patrocinio de iniciativas que, como esta, hacen en verdad a la bolivianidad.
*Comunicador y asambleísta departamental del MAS-IPSP – Twitter: @SergioDelaZerda