Pasqual Ferry, un hallazgo inesperado
Me gusta ir a la feria del libro. No voy a buscar libros. Ya no. Las librerías se han vuelto homogéneas, todas tienen una gran sección de sagas juveniles, otra sección de autoayuda, un poco más allá esos supuestos libros cuyos supuestos autores son YouTubers, acullá la sección de los siempre populares magos y hobbitses, no puede faltar la sección de clásicos —hay que mantener un cierto grado de prestigio—, a veces hay secciones de nacionales y a veces no. Todas esas secciones están pobladas de casi las mismas ediciones de casi las mismas editoriales y con casi los mismos precios —bolivianos más bolivianos menos—. Claro, hay una que otra rareza, pero esas están destinadas a los rincones más pequeños y obscuros de la feria del libro de Cochabamba.
Los eventos de la feria suelen llamarme mucho la atención, claro si es que me entero a tiempo de ellos. Sin embargo, muchas veces suelen decepcionar en uno u otro sentido. Y aún con todo eso sigo yendo a la feria —y no equivoquen no es por jugar al mecenas con dos o tres libros comprados—. Me gusta ir a la feria del libro. Lo que me gusta de la feria es encontrarme con aquellos autores y libros inesperados, esos que sin buscarlos te encuentran.
Caminando por el laberinto de la FIL de Cochabamba del 2023 me lo encontré. Estaba el stand de comics Berserker, dentro de una bolsa de plástico arrugada que ya había perdido algo de su transparencia. Un enorme pez con aspecto prehistórico, una extraña máscara amarilla, y un hombre ensangrentado formaban la ilustración del comic —o novela gráfica o álbum o como los conozcas tu—. Coronando tan llamativo y extraño cuadro, en letras grandes, se lee el título: Crepúsculo. Un poco más arriba, en letras más pequeñas, Pasqual Ferry.
Empecemos, pues, por la letra chica:
¿Quién es Pasqual Ferry? Pascual Ferrándiz Arroyo mejor conocido como Pasqual Ferry es un ilustrador y guionista de comics barcelonés nacido en 1961. Ferry ingresa en el mundo del comic a través del estudio del mítico Francisco Ibañez (autor de Mortadelo y Filemón). En su primera etapa Ferry se dedicará a escribir e ilustrar historietas cortas para revistas como: El Papus, Más Madera, Madriz, Cairo, Butifarra, El Jueves, A tope, H Dios O, TBO, Pulgarcito, o Rock Inn. Refinando su estilo con cada trabajo a la vez que experimentaba con diferentes temas y géneros.
En 1989 Pasqual Ferry daría su gran salto de la mano de su primera historieta larga Crepúsculo, publicada en la revista Zona 84, siendo galardonada con el premio al Autor Revelación en el Salón del Cómic de Barcelona. A Crepúsculo le seguirán La Ruta de La Medusa, Agorafobia, Los decadentes, y Pendiente de un hilo, obras complejas y bastante alejadas de los típicos comics de súper héroes.
Sin embargo, a pesar de ser aclamadas por la crítica y premiadas por las academias las obras de Pasqual Ferry no alcanzaron a ser un éxito comercial. Lo que empujará a que Ferry busque ingresar al comic anglosajón, primero a través de la mítica revista Heavy Metal, y luego en 1993 con la miniserie Plasmer para Marvel UK. No sería hasta 1995 que Ferry lograría trabajar con Marvel USA, de esta relación surgirán múltiples números de relleno para series como: Heroes for Hire, Warlock, Iron Man y ULtimate Fantastic Four. Para finalmente, en 2005 firmar un contrato de exclusividad con Marvel.
Ahora que conocemos un poco sobre este autor inesperado, ¿qué podemos decir sobre su primer comic largo, sobre esa historia laureada, sobre Crepúsculo?
Empecemos por el personaje principal de Crepúsculo:
¿Quién es Miller?
Phillip León Miller es un escritor de relatos (¿)famoso(?) conocido como Miller. Miller es un escritor que todos los días 13 toma una habitación en el Hotel Orient. Miller siempre encuentra en el Orient un sobre con una ilustración de un tal Woods. Miller en una noche, siempre en una noche, escribe un relato sobre un asesinato basado en la ilustración de Woods. Miller, a fin de mes, cobra en fama [¿merecida?] y dólares [¿ganados?]. Miller sueña con que vive sus relatos, que encarna sus ficciones. Miller escucha en las noticias sobre unos asesinatos increíblemente parecidos a sus relatos. Miller quiere escapar de Woods y de sus sobres.
Ferry parte de un par de misterios: una serie de asesinatos y de una figura misteriosa íntimamente relacionada con el personaje principal. Parte con Miller, un personaje principal que se siente un fraude, que se siente un falso escritor cuyos relatos realmente no le pertenecen. Al mismo tiempo, la similitud entre una serie de asesinatos y los sueños —o mejor dicho pesadillas— de Miller hacen que Miller dude sobre si tiene algún tipo de control sobre si mismo, sobre quien es y quiere ser…, sobre su destino.
Desde ese par de misterios y problemas psicológicos/filosóficos —que ya de por sí son bastante complejos— Crepúsculo estalla y da paso no solo a más interrogantes, sino a todo un mundo. Esta es primera vez que Ferry utilizará como escenario para sus relatos a la ciudad de Octubre, una ciudad consumida por el dinero y las compañías, una ciudad que oculta dentro de sí sectas poseedoras de conocimientos y poderes ancestrales, que también oculta guerras diferentes facciones, una ciudad cuya propia arquitectura parece tener un propósito místico.
El mundo de Crepúsculo es contenido por los trazos angulares y proporciones exageradas pero precisas —los cuales en parte hacen recuerdo al legendario Batman The Animated Series (Bataman TAS)—, que junto a la maquetación y la composición que usa Pasqual Ferry para cada viñeta logran en su un efecto cinematográfico.
Fuera del exquisito dibujo de Ferry nos podemos encontrar con un detalle, digamos, diferente. Crepúsculo está compuesto por hojas negras y hojas blancas. A primera vista simplemente señalan el cambio horario: día y noche. Más tarde que pronto el lector podrá notar que las páginas negras contienen secuencias caóticas, mostrando el delirio de los personajes, así como las secuencias de asesinatos y…, de creación artística. Por su lado, las páginas blancas —que son pocas— reflejan momentos de calma y orden.
Pero el verdadero misterio de la obra de Ferry lo encontraremos en el crepúsculo que nos ocultan las hojas negras y blancas, espacio en el que se conectan y realizan dos actividades —las cuales el lector nunca ve— la escritura y el asesinato, ambas brutales —y según la persona con la que estemos hablando, ambas artísticas— Homicidio y literatura convergen en León Phillip Miller.
Crepúsculo y, en particular, Pasqual Ferry se han convertido en uno de los hallazgos inesperados más exquisitos de los que he tenido el placer de toparme. Y ahora que lo he redescubierto me pondré a buscarlo como un cazador en la jungla.
José Carlos Pérez Montaño Baya
Licenciado en filosofía y letras – jcpmb92@gmail.com