Los dibujos de Carlos Medinaceli
Un artículo sobre la faceta de dibujante del escritor y pensador boliviano, quien supo cultivar un lenguaje visual en su producción gráfica plasmada en cuadernos privados
El escritor Carlos Medinaceli nos enseña la trascendencia de la palabra escrita, en nuestros espíritus, con sus “notículas críticas”. Pero, también, nos demuestra la eficacia descriptiva de la imagen, mediante sus dibujos. En esa línea, este artículo pretende aproximarse a ver su faceta de dibujante y el lenguaje visual que despliega en su producción gráfica plasmada en sus cuadernos privados. Diarios literarios que fueron guardados por su entrañable hermano Waldo Medinaceli. Estudiar la figura de Medinaceli dibujante es ver su capacidad de adaptación en el noble mundo de las artes plásticas, donde, también se revela su sentido amplio de vocación crítica.
De un modo somero, Medinaceli retrató una serie de diseños en sus cuadernos privados. Libreta de hojas reticuladas tamaño carta que aglutinan dibujos hechos a mano, a todo color y en blanco y negro, utilizando marcadores y pluma fuente. Los de color comprenden dos hemisferios del mapamundi, una isla europea y un paisaje de los molinos holandeses. En blanco y negro destacan el retrato de un barco español y el dibujo de “Las corrientes de aire, experimento de Franklin”. A partir de aquí, me detendré a describir visualmente su actividad gráfica de los retratos en blanco y negro.
El dibujo del barco español está realizado desde la línea (delgada y gruesa) y la mancha. El artista aplica marcador negro con punta delga y gruesa. El carácter del diseño es captar una secuencia precisa de la realidad con un concepto de aprisionamiento. Sobresale la forma del contorno, la composición, la proporción y el claroscuro. Dentro del contorno, prevalece el objeto barco enclavado en la parte central del cuadro. Los elementos que rodean a este son un paisaje montañoso (en la parte superior) y una vista marina (en la parte inferior). Hay la primacía de querer mostrar la silueta de la embarcación con un grado de detalle minucioso de cada parte.
Compositivamente, la imagen gráfica parte de la observación directa mimética de otra imagen (fotografía o postal). No existe desproporción en los objetos retratados. En el campo del claroscuro jerarquiza planos visuales para darle profundidad al cuadro. El primer plano es para mostrar la embarcación detenida en el foco del observador. Lo significativo de esta posición central aparenta que el navío está posando para el artista. El efecto interlineado para las aguas del mar no crea movimiento. El segundo plano es una mancha negra profusa de tinta china negra que simboliza a una montaña pétrea, apostado en lado izquierdo del espectador. Al fondo se visualiza un tercer plano, donde el paisaje montañoso difiere del anterior por poseer bastante vegetación. Esta secuencia se da por el reticulado paralelo de líneas cortas que dan la sensación de sombra.
La segunda imagen es el dibujo de estudio “Las corrientes de aire”. Está hecho a mano, con el empleo del marcador negro (delgado y grueso) y un leve efecto de acuarela. Como tal, constituye otra representación mimética y forjada por los ejes estructurantes del contorno geométrico, el claroscuro y la proporcionalidad. En el escenario del contorno geométrico es destacable la representación de la forma de la puerta de madera de doble hoja. El uso de la perspectiva en una de ellas crea un efecto de alejamiento en relación al sujeto. En esta misma serie, la persona retratada de perfil está dentro de una ordenación armónica con los demás cuerpos.
El claroscuro es evidente, primero, con el espacio intersticial que se crea por puerta entreabierta. Segundo, el entorno creado alrededor de la puerta es limpio, luminoso y plano. Tercero, la textura del piso determinada por líneas rectas y curvas y pequeñas manchas establece el límite del piso. Finalmente, en este dibujo subrayo la proporcionalidad, porque cada objeto está a escala.
Podría especular largamente sobre la intención gráfica de los dibujos de Medinaceli, pero, concluyo que, de mi descripción de estas imágenes, gráficamente hablando, se desprende la intención crítica del artista, pues si “escribir y dibujar son, en el fondo, idénticos” (Paul Klee), estos diseños gráficos partirían desde la construcción expresiva para aterrizar en una finalidad reflexiva.
Jorge Saravia Chuquimia