Tengo un serio problema con la película, cuyos 150 minutos se me hacen largos y ninguno de sus personajes se me hace querible. Una reseña sobre la más reciente película de Ridley Scott que se mantiene en la cartelera nacional
Antiguamente les llamaban modistos y modistas. El término ha quedado viejuno, que dirían los modernos. La palabra diseño, aplicable a tantas materias, la sustituyó. Y los mejores del gremio también adquirieron desde hace mucho tiempo el atributo de estrellas y de artistas. Nadie sensato les negará a algunos de ellos el impacto en muchos órdenes […]
