'Scott Pilgrim Takes Off' y el fantasma de las adaptaciones
ADVERTENCIA
Este artículo contiene spoilers de: ‘Scott Pilgrim Takes Off’. Se recomienda a los lectores que priorizan la sorpresa sobre la ejecución y enunciación que tengan precaución con el presente texto.
Dentro del mundo del entretenimiento existen temas tan controversiales que cuando su brasa está a punto de morir viene alguien con dos kilos de carbón, gasolina y un cerillo para avivar las llamas una vez más. Uno de esos temas son las adaptaciones.
El problema con las adaptaciones es bastante antiguo, remontándose al teatro. Sin embargo, no es hasta la llegada del cine que esta guerra se tornó realmente cruenta. Ambos medios, literatura y cine, batiéndose por el puesto de gran narrador de historias. Y es que, si de narración hablamos, el cine no es sino hijo de la tradición literaria; siendo las series live action y de animación sus nietos y bisnietos.
Una de las batallas más sangrientas y recientes es la provocada por: Scott Pilgrim vs The World (cómic) y Scott Pilgrim Takes Off (serie animada). Netflix arrojó la casa por el balcón con Scott Pilgrim Takes Off. El servicio de streaming permitió lo que parecía imposible: reunió al autor del comic, Bryan Lee O’Malley, a los actores de la película Scott Pilgrim vs The World —adaptación muy amada por los fans— para las voces de la versión animada y, por si fuera poco, a la banda Anamanaguchi para la música.
Todo parecía apuntar a que el sueño húmedo de los fans se haría realidad: su comic favorito sería adaptado tomando en cuenta hasta el más mínimo detalle… Y, sin embargo, Scott Pilgrim Takes Off dividió a la comunidad como Moisés dividió las aguas.
¿El detonante? Bueno, el botón rojo que causaría esta pelea se encuentra oculto delante de las narices de todo el mundo, en el título. La serie animada titula Scott Pilgrim Takes Off. Podemos traducir Takes Off como despegar o de forma más coloquial como alcanzar el éxito, Scott Pilgrim alcanza el éxito, o como lo hicieron los dobladores de Neflix, Scott da el Salto. Estas traducciones parecen hacer alusión a la gran llegada de Scott a la animación. Pero, habiendo visto la serie, el sentido que más le calza es: Scott Pilgrim es removido, o Scott Pilgrim es quitado, o mejor Scott Pilgrim es eliminado.
Nadie absolutamente nadie se esperaba que en el primer episodio —no en el final, no en medio de la serie, no en un penúltimo episodio destinado a crear tensión para un gran final— Scott, el personaje principal de los comics, muera. A partir de esta muerte la serie animada se desvía drásticamente del material de origen. Ahora la historia se centra en Ramona y sus Ex-Malvados que resultan no ser tan malvados, mostrándonos una especie de contracara del comic. Y esto, claro, causo que una gran parte del fandom se sintiera traicionado.
Aquí entra la temible idea de la Fidelidad. Se suele calificar si una adaptación es o no satisfactoria en base a que tan Fiel es a la obra base. Pero, ¿qué es lo que realmente queremos decir cuando expresamos que una adaptación no es Fiel a su obra de origen? Cuando hablamos de falta de fidelidad estamos expresando que una adaptación a fallado al capturar el conjunto de elementos temáticos, narrativos, y estéticos que como lectores individuales estamos identificando como los más importantes, como los que para mí dan sentido a la obra base. Es decir, la falta de fidelidad se da cuando la adaptación no tiene la misma interpretación que la mía.
Muchos fans defienden a capa y espada la nueva visión de Bryan Lee O’Malley. «Es el escritor del comic. Es su obra y puede hacer con ella lo que se le antoje», fuera de esta idea de que el autor de la obra fuente es su máxima autoridad, lo cierto es que los directores y guionistas de una adaptación son en realidad lectores, lectores que tienen su propia interpretación, y que desean llevarla a la pantalla. Como diría Orson Welles: si no tienes algo nuevo que decir sobre una obra entonces, ¿por qué adaptarla?
Pero no nos equivoquemos, sí hubo una traición…, una doble traición. Al traducir, adaptar, trasladar, interpretar se debe tener un doble respeto. Primero, se debe respetar la obra. Scott Pilgrim Takes Off no necesariamente le falta el respeto a la obra fuente —alguno podría argumentar que la exalta y engrandece— sin embargo, se desprecia a sí misma.
El marketing de Scott Pilgrim Takes Off en ningún momento hizo alusión a los cambios narrativos. Todo lo contrario, la estrategia de marketing se concentró en el regreso de todos aquellos involucrados con la adaptación life action de Scott Pilgrim vs The World, adaptación que siguió de cerca al comic. La única pista de los cambios, el título, no fue revelada hasta el último instante. ¿Quizá todo era desconocido para el equipo de marketing? En una entrevista con COLLIDER, uno de los escritores develó que los cambios en la narrativa estuvieron contemplados desde incluso antes de que se inicie la producción, siendo conocidos por todos incluido el equipo de marketing. Deliberadamente se utilizó el recuerdo y el cariño por la película y el comic para engañar y atraer a los fans, lo que los Yankis llaman bait and switch. Todo esto nos muestra que simplemente no tuvieron fe en Scott Pilgrim Takes Off, no creyeron que pudiera sostenerse solo, le faltaron el respeto a la obra que estaban creando.
La segunda traición nace de la anterior. No se debe menospreciar al fan, al lector. Los fans han leído la obra fuente un par de cientos de miles de veces, la conocen hasta el más mínimo detalle, y, sobre todo, es algo que les apasiona. Engañar a los lectores no solo es creer que son tontos, sino también meterse con aquello que aman.
Pero, al final de todo esto, ¿es o no Scott Pilgrim Takes Off una adaptación satisfactoria? Pues, la verdad es que el problema de las adaptaciones es un problema fantasma. Las adaptaciones tienen que realizar lo que toda obra fuente, o no, debe realizar: superar las ideas y expectativas del público. En el caso de Scott Pilgrim Takes Off el marketing engañoso causó que gran parte de los fans creyeran que obtendrían una adaptación uno a uno del comic, cosa que no sucedió. Deliberadamente se crearon unas expectativas falsas que la adaptación nunca pretendió cumplir.
¿Habría podido Scott Pilgrim Takes Off sostenerse por sí misma?, ¿su reinterpretación del comic habría sido aceptada y querida por todo el fandom? ¿Scott Pilgrim Takes off podría haberse convertido en una adaptación satisfactoria? El marketing y el engaño nos robaron la respuesta.
José Carlos Pérez – jcpmb92@gmail.com

