Rodrigo Prieto y el arte de narrar sin palabras en 'Pedro Páramo'
La adaptación de la novela de Juan Rulfo, obra cumbre de la literatura latinoamericana, puede verse en la plataforma Netflix
Pedro Páramo, escrita por Juan Rulfo y publicada en 1955, sigue siendo una obra importante en la literatura mexicana. Ahora, gracias a una adaptación para Netflix dirigida por el talentoso cineasta mexicano Rodrigo Prieto, esta historia cobra vida para una nueva generación de espectadores. La adaptación logra traer en carne viva a los personajes de Comala y explora el profundo realismo mágico que caracteriza la novela.
En Pedro Páramo, Juan Preciado emprende un viaje al pueblo de Comala para cumplir la última promesa que le hizo a su madre: encontrar a su padre, Pedro Páramo. Al llegar, descubre un pueblo desierto, habitado solo por ecos y almas atrapadas en un pasado oscuro. Mientras busca respuestas, se enfrenta a los fantasmas de Comala y al legado de su padre, un hombre despiadado que marcó para siempre a su gente. La novela nos lleva a través de un universo que entrelaza lo real y lo sobrenatural, tocando temas profundos de muerte, abandono y la sed desmedida de poder.
Después de una destacada carrera como director de fotografía para grandes cineastas como Alejandro González Iñárritu (Amores Perros) y Martin Scorsese (Los asesinos de la luna de flores), Rodrigo Prieto da el salto a la dirección, y lo hace brindando una auténtica clase magistral. Su trabajo es deslumbrante, la creatividad y la experiencia en fotografía brillan en cada segundo de la película, donde cada encuadre parece una obra de arte en sí misma. Su estilo y expresión artística dan vida a cada escena; es el arte de contar historias por medio de la fotografía.

Aunque el orden de la narrativa puede ser confuso en algunos momentos, haciendo que los espectadores pierdan el hilo de la historia, lo visual juega un papel clave para dar claridad a cada escena. Es impresionante cómo una imagen puede transmitir tanto sin necesidad de diálogos. El trabajo de los actores es igualmente destacable, especialmente el de Manuel García Rulfo, quien brilla en su interpretación de Pedro Páramo. Su presencia física y cada gesto reflejan con precisión a un hombre consumido por la ambición y el deseo de poder, haciendo de su actuación un elemento poderoso y memorable.
Aunque la película no muestra a Pedro Páramo controlando a los habitantes de Comala como si fueran animales con correa, logra capturar perfectamente su lado despiadado, especialmente en su relación con las mujeres, a quienes manipula para sus propios fines. El guionista Mateo Gil hizo un trabajo notable al adaptar esta compleja obra, respetando su esencia y abordando el realismo mágico de manera efectiva, logrando que ese mundo ambiguo y fantasmagórico cobre vida en pantalla.
Esta adaptación de Pedro Páramo pudo haber ganado aún más fuerza con una narrativa más coherente que ayudara a mantener al espectador en el hilo de la historia, el aspecto visual se convierte en el verdadero protagonista de la película. La dirección de Rodrigo Prieto deslumbra en cada escena, logrando que la atmósfera de Comala y sus personajes se sientan vivos. La fotografía y los detalles visuales logran capturar la esencia de la obra de Rulfo, y hacen que la película sea una experiencia sensorial intensa y memorable.
Santiago Trutat

