Pensar la ciudad de ríos y montañas
El ciclo pretendía exponer piezas que permitan a la audiencia observar los cambios urbanos acaecidos en la ciudad de La Paz privilegiando la ampliación de la mancha urbana
En el marco de la actividad Jiwasa medioambiente, la semana pasada me invitaron a comentar un ciclo de visionado de fragmentos de películas denominado “Imágenes de La Paz, ciudad construida entre cerros y ríos”. La misma estaba nutrida por filmes de inicios del siglo XX hasta la década del setenta.
El ciclo, ideado por la investigadora Santusa Marca, pretendía exponer piezas que permitan a la audiencia observar los cambios urbanos acaecidos en la ciudad de La Paz privilegiando la ampliación de la mancha urbana. En este entendido, el cinematógrafo se presenta como un aparato idóneo pues capturo mediante el registro de desfiles y conmemoraciones las transformaciones que sufría la sede de gobierno. Sin embargo, no fue objeto del interés de los camarógrafos-cineastas de la época dar cuenta de la imponente topografía de la ciudad. Esto contrasta a su vez, con el recurrente enfoque sobre uno de los símbolos privilegiados de la modernidad: la locomotora. Fueron varias piezas que toman como protagonista la locomotora la cual será desplazada por el registro de aviones, otro símbolo del desarrollo patente en las imágenes de la segunda mitad del siglo XX.
Las piezas que vimos del periodo silente brindan información contextual de la época, nos permiten observar las siluetas de las dos cordilleras que rodean a La Paz y le dan la forma a la ollada. En la medida que avanzan las obras estas siluetas son ocupadas por viviendas hasta transformar su fisonomía. La importancia del cine silente es que nos permite ver cómo era esta ciudad, el prado, la plaza Murillo, aparecen la portada, la Ceja de El Alto despobladas son imágenes particularmente sorprendentes.
El plano de presentación de La Paz a Isico en Chuquiago, película dirigida por Antonio Eguino, sigue siendo particularmente poético. Este plano, de la mirada de alguien que mira por primera vez la ollada se repite, cita y homenaje en distintos soportes, sea en las ficciones o registro no ficcionales e incluso en registros caseros individuales. El encuentro de la mirada desde las alturas de El Alto con la ciudad seguirá atrayendo. Un homenaje directo a este gesto puede verse en Max Jutam, corto de Carlos Piñeiro.
En distinto registro el arribo de multitudes y su descenso a La Paz en 1952 y 1953 son impresionantes. La imagen de las multitudes ocupando el espacio lacustre y descendiendo a La Paz y a su vez desbordando el plano son tomas inauguradas por los trabajos de Instituto Cinematográfico Boliviano (ICB) y nos permite evidenciar esta acción colectiva que se reedita continuamente acorde el tiempo de la política. El descuelgue de las multitudes figura en distintos relatos y soportes, modificando la idea misma de paisaje y la idea de la ciudad como confluencia de fuerzas, en este caso humanas.

Ríos y montañas
Las piezas que componen esta primera muestra nos permiten ver la ausencia de la naturaleza como protagonista u objeto de observación. A su vez nos permiten identificar las formas en que se modela la modernidad, existe una insistencia sobre la arquitectura como algo singular y subyugante como también la intención de exhibir la diferencia étnico cultural, estos son elementos que continúan presentes en las imágenes producidas en y sobre La Paz. De ello se desprende la pregunta sobre cómo se registraron los ríos en las películas o cual el lugar de ellos en el cine, más aún en una ciudad cuya división social se estableció por un rio y en el presente son los ríos subterráneos quienes protagonizan una serie de tragedias?
La Paz en el cine ha sido tratada como personaje, escenario y espacio, sin embargo en las películas se privilegia su cualidad habitacional o enclave del poder político e incluso su diversidad cultural dejando en el fuera de campo los ríos y riachuelos. A su vez, las montañas figuran como elemento ornamental o cimiento compositivo de los encuadres. La publicidad y los videos musicales de igual manera reproducen la condición citadina urbana. Esta amplia cultura audiovisual ha ido contribuido a la visión centralista de sus habitantes en torno a una serie de elementos tributarios de la idea de urbe y urbanidad.
En diálogo con Santusa Marca, investigadora de la fotografía, coincidimos en que los registros fotográficos como cinematográficos de la primera mitad del siglo XX privilegiaron de forma insistente el registro de las marcas de modernidad como edificios, trenes, puentes, fuentes, automóviles o aviones entre otros dejando abierta la indagación sobre lo que podemos conceptualizar como naturaleza.
Esa pesquisa queda abierta, ya sea como localización y catalogación de registros de elementos que pertenecen al orden de la naturaleza, si es que aceptamos la dicotomía naturaleza/cultura. A su vez si nos distanciamos de pensar el cine como soporte de representaciones (humanas) sociales quizás se puedan establecer las bases para la ecocrítica.

