Memorias del asistencialismo (II)
Segunda parte de una investigación sobre los documentales ‘Artículo 55’ (1951) y ‘Miles como María’ (1958), dos películas casi desconocidas y recientemente digitalizadas por la Cinemateca Boliviana.
Parecería curioso, tal vez, dedicar tanto esfuerzo a investigar, estudiar, preservar, digitalizar y discutir unas películas tan periféricas a la historia del cine nacional, tan fallidas en sus planteamientos técnicos y tan problemáticas en su discurso. Hasta donde tenemos conocimiento ninguno de los dos documentales tuvo un estreno formal Bolivia, y las pequeñas migajas de información que tenemos al respecto sugieren que los gobiernos de turno se quedaron disgustados con la impresión de miseria y de subdesarrollo con que retrataban el país.
Su importancia, más bien, se encuentra en la amplia circulación que sí tuvieron en su momento en el plano internacional ya que, como hemos constatado, no surgieron en un vacío sino que formaron parte de un potente aparato mediático global. Artículo 55 fue distribuida extensamente en formato cinematográfico (en 16mm y 35mm) a través de las redes de la ONU y también se puso a la disposición de los servicios televisivos que estaban surgiendo en algunos países (Bolivia no estuvo entre ellos, como Gumucio nos recuerda: el país tuvo que esperar hasta 1969). Además de la versión original con narración en inglés (escrita por la guionista Doris Ransohoff y leída en los tonos poéticos de José Ferrer), se produjeron copias habladas en español, francés y portugués. La proyección internacional de Miles como María, por su parte, fue nada menos que alucinante. Fue relativamente novedosa al ser concebida de origen como una película hecha directamente para su transmisión televisiva, y en agosto-septiembre de 1958 el Festival Internacional de Cine de Venecia la premió como mejor cortometraje para la televisión. En noviembre de ese año se exhibió en el célebre Museo del Hombre en París en el marco de la Conferencia General de la UNESCO, y para marzo de 1959 la OMS estimó que unos veinte millones de personas habían visto las (al menos) cuatro versiones que se hicieron de ella: en inglés, español, francés y ruso. La revista World Health, el órgano oficial de la OMS, dedicó un gran despliegue fotográfico de siete páginas a la película (en el que, por cierto, se mantiene la ficción de que “María” [Rosario del Río] era de hecho la joven enfermera boliviana cuyo papel desempeña). El derechista diario británico The Daily Mail celebró la forma en la que Watt logró valerse de sus habilidades cinematográficas para dramatizar un tema tan aparentemente seco como las políticas sanitarias internacionales. Frente a una imaginación popular “corrompida” por el cine comercial con sus villanos imaginarios, el crítico comentó que en People Like Maria “los villanos eran la ignorancia, la apatía y el miedo, ninguno de los cuales se puede vencer con un puñetazo en la nariz como si fuera el Sheriff de Nottingham. Y lo que no puedes imaginar como un enemigo no te puede emocionar. La destreza de Watt como director yace en su capacidad para comunicar la emoción de la victoria ante estas abstracciones grises y lúgubres”. Es posible que People Like Maria (es decir, su episodio boliviano) haya sido, curiosamente, una de las películas bolivianas más vistas y celebradas a nivel internacional en su época (junto con otras, también de Jorge Ruiz, como Vuelve Sebastiana [1953] y la La vertiente [1958, también con Rosario del Río]).
El corolario de la naturaleza internacional de estos documentales es la dispersión de su archivo. En mi investigación en torno a ellas (y a otras del mismo tipo) he podido ubicar copias en diversos archivos, entre ellos el British Film Institute y la BBC (Londres), la UNESCO (París), la ONU (Nueva York), el personal de la familia de Jorge Ruiz (La Paz) y, gracias al trabajo de catalogación realizado en años recientes, en la Cinemateca Boliviana. Al ser coproducciones entre diferentes órganos e instituciones, y al no ser ostensiblemente el patrimonio de ningún país en particular, ninguna de estas instancias les había prestado mucha atención. Aunado a ello, la ya mencionada multiplicidad de versiones en diferentes idiomas, lo coyuntural de su producción (son “películas útiles” hechas con fines inmediatos más que para la posteridad) y la escasez de las fuentes secundarias en torno a ellas dificultan todavía más su estudio y puesta en valor. Sin embargo, gracias a una colaboración entre University College London, UK Research & Innovation (UKRI) y la Cinemateca Boliviana en febrero de 2025, estos documentales históricos ya se pueden conocer en el país, tal vez por primera vez. El cuidadoso trabajo de Marcelo Ajpi y del equipo del laboratorio de la Cinemateca —así como las gestiones de Mela Márquez, su directora— fueron claves para preparar, limpiar y digitalizar a 2K las copias en 16mm que la Cinemateca resguarda de ambas películas. Al ser las versiones originales en inglés las únicas disponibles de ambos filmes, Elizabeth Carrasco y yo realizamos nuevos subtítulos en español.

Si Artículo 55 y Miles como María fueron realizadas hace unos setenta años en y sobre Bolivia, pero no para Bolivia, ¿qué interés pueden tener al considerarlas como partes (ciertamente periféricas) del patrimonio audiovisual del país? ¿Y qué podrían significar para los públicos bolivianos de 2025? Con estas preguntas en mente estrenamos las nuevas digitalizaciones de estos documentales en la Cinemateca Boliviana el 21 de febrero de este año junto con un conversatorio titulado “Bolivia en la pantalla global: relatos visuales del asistencialismo” con la participación de las cineastas Gabriela Paz Ybarnegaray y Raquel Romero (esta última también guionista, activista y gestora cultural), la historiadora, gestora cultural y archivista Cristina Machicado Murillo, y el antropólogo y catedrático Ramiro Molina, evento presentado por el mencionado Alfonso Gumucio Dagron y moderado por el autor de este artículo. El nutrido debate en torno a las películas, enriquecido por la muy activa participación del público, giró en buena medida en torno a la contextualización histórica y la crítica ideológica de ellas: las miradas coloniales, extractivistas, patriarcales, modernizantes e integracionistas que ejercen sobre Bolivia y sus habitantes; pero también ciertas reverberaciones que tienen con los imaginarios, los relatos y los estereotipos presentes en el cine, las artes y las letras bolivianas de la época. El tropo melancólico del “indio olvidado” es uno de ellos, por ejemplo, o el imperativo de dejar atrás los saberes autóctonos marcados como “primitivos” o “supersticiosos” a favor de los conocimientos científicos de Occidente.
Por otro lado, la coyuntura actual de Bolivia ante su inminente y muy disputado Bicentenario puso de relieve la actualidad de las discusiones que emergieron del visionado de estas películas. Si Artículo 55 y Miles como María prometían al país un futuro sano y próspero bajo el signo de la tecnología, el capital y la conectividad global, ¿dónde se quedó ese futuro al día de hoy? ¿Hacia dónde llevan los programas de asistencia que estos mismos órganos internacionales siguen implementando en el país? Más cercano al ámbito cinematográfico, ¿de qué manera estas imágenes en movimiento pudieran ser apropiadas o descolonizadas desde la perspectiva del presente? ¿De qué modo el estudio y la reflexión en torno a películas como estas puede ayudar en la creación de otros imaginarios y otras “autoimágenes” que rebasen los estereotipos?
Quiero terminar por abordar una pregunta particularmente desafiante que me hizo un integrante del público: ¿cuáles son mis propias intenciones al estudiar y poner a circular estas imágenes en movimiento hoy día? ¿Sería mejor, acaso, que siguieran conservadas pero olvidadas en el archivo? Más allá de lo ya dicho en este texto, la pregunta me permite situarme en el debate. Hace unos cuantos años emprendí un estudio detallado del Grupo Ukamau, motivado en un principio por la importante labor solidaria que resultó de la difusión de sus películas en mi país de origen (Reino Unido) y otros países europeos. Mi investigación actual versa de algún modo sobre la prehistoria y la contraparte ideológica de Ukamau. Más allá de simplemente rastrear los recorridos de los cineastas extranjeros en América Latina, el estudio de películas como Artículo 55 y Miles como María forma parte de un esfuerzo por entender mejor la geopolítica de la imagen asistencialista generada en Bolivia por los agentes culturales y aparatos mediáticos provenientes de Gran Bretaña, Europa y los países “desarrollados” bajo el signo del sistema internacional. Me parece una autointerrogación pertinente, y más aún visto que el proyecto en cuyo marco realizo esta investigación recibe financiación del Estado británico con un sello de aprobación de la Unión Europea. Dado lo anterior, y dadas las indudables desigualdades en las infraestructuras culturales y académicas bolivianas y europeas, desde el lugar que ocupo en este entramado resulta vital buscar vías para construir colaboraciones y diálogos significativos, críticos, respetuosos y constructivos. Las copias digitalizadas y subtituladas de ambas películas se encuentran disponibles para la consulta en la Cinemateca Boliviana y el debate queda abierto.
David M.J. Wood/University College London, Reino Unido
FOTO 1: Reportaje de la revista World Health sobre Miles como María (dir. Harry Watt, 1958). Archivo de la OMS
FOTO 2: Material promocional sobre Miles como María (dir. Leo Seltzer, 1951). Archivo de la ONU
*Este trabajo fue financiado por UK Research and Innovation (UKRI) bajo el programa “Horizon Europe Guarantee” del Gobierno del Reino Unido, beca núm. EP/Y015088/1.

