La fiesta de Alasitas en Urcupiña: un vínculo entre la tradición y el diseño
Geografía inconclusa: apuntes y reflexiones sobre diseño
La festividad de Alasitas, celebrada junto con la Virgen de Urcupiña en Quillacollo, representa una confluencia única de prácticas religiosas, creencias ancestrales y expresiones culturales que se han mantenido vivas a lo largo de los siglos. Esta celebración, que tiene sus raíces en las antiguas tradiciones andinas de veneración a la abundancia y la prosperidad, adquiere un nuevo significado en este contexto, donde la miniatura y su ritual de ofrenda no solo simbolizan los deseos materiales de los participantes, sino que también destacan como un campo fértil para el análisis del diseño y su importancia cultural.
Alasitas, cuyo nombre proviene de la palabra aymara “alasiña”, que significa “cómprame,” es una festividad que resuena profundamente en la cosmovisión andina. Originalmente vinculada a la veneración del Ekeko, la deidad de la abundancia, Alasitas se ha transformado a lo largo del tiempo en una celebración que va más allá de sus raíces prehispánicas, integrándose en el calendario festivo cristiano, especialmente en el contexto de la festividad de Urcupiña. Esta integración no ha disminuido su esencia, sino que la ha enriquecido, permitiendo que las prácticas rituales se mantengan vigentes y que su significado evolucione en respuesta a las necesidades y aspiraciones de la sociedad contemporánea.
En Urcupiña, Alasitas no solo representa un momento de conexión espiritual con la Virgen, sino también una oportunidad para que los fieles expresen sus deseos y esperanzas para el futuro. La compra y ofrenda de miniaturas durante esta festividad es un acto que trasciende lo material, convirtiéndose en un ritual cargado de simbolismo, donde cada objeto en miniatura encarna un anhelo que se espera que la Virgen, junto con el Ekeko y la Pachamama, transforme en realidad.
El diseño y la producción de miniaturas para Alasitas constituyen una manifestación artística y cultural que refleja la habilidad y creatividad de los artesanos andinos. Estas pequeñas réplicas de objetos cotidianos, que van desde casas y vehículos hasta títulos de propiedad y dinero, son elaboradas con un detalle y precisión. La pieza, en este contexto, no es solo un objeto ornamental, sino una representación condensada de los deseos y aspiraciones de quien la adquiere.
La producción de miniaturas en Cochabamba, especialmente durante la festividad de Urcupiña, es un proceso que combina técnicas artesanales tradicionales con influencias modernas. Los artesanos locales, muchos de los cuales han heredado estas habilidades de generaciones anteriores, trabajan con una variedad de materiales como arcilla, madera, metal, y papel maché, cada uno seleccionado por sus propiedades específicas que permiten capturar la esencia del objeto que representan. El proceso de creación es meticuloso, involucrando una serie de pasos que incluyen el diseño, la modelación, el pintado y, finalmente, la bendición del objeto, lo que le confiere un valor tanto espiritual como cultural.

En las Alasitas de Urcupiña, el diseño de las miniaturas adquiere un significado adicional, ya que cada objeto debe ser lo suficientemente evocador como para que quien lo adquiera sienta que está obteniendo no solo una réplica, sino un potencial catalizador de su deseo. Este aspecto del diseño, donde lo funcional se entrelaza con lo simbólico, es lo que distingue a las miniaturas de Alasitas como objetos de arte culturalmente significativos.
El proceso de diseño también refleja la adaptación a los tiempos modernos, con artesanos que incorporan nuevos elementos y tendencias en sus creaciones. Miniaturas que representan avances tecnológicos, como teléfonos móviles y computadoras, coexisten con las representaciones más tradicionales, demostrando la capacidad de esta tradición para evolucionar y mantenerse relevante en un mundo en constante cambio.
El acto de ofrecer miniaturas durante Alasitas en Urcupiña es un ritual profundamente arraigado en la cosmovisión andina. Los participantes compran estas réplicas en las ferias instaladas alrededor del santuario de la Virgen, con la firme creencia de que al bendecirlas y ofrendarlas, sus deseos se harán realidad. Este ritual no es simplemente una transacción comercial; es un acto de fe y devoción, donde lo material se funde con lo espiritual.
Alasitas es una manifestación cultural que refleja la identidad colectiva de las comunidades andinas, uniendo a las personas en un acto compartido de fe, creatividad y deseo de bienestar. La UNESCO reconoció la importancia de Alasitas al declararla Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2017, subrayando su valor como una tradición viva que continúa evolucionando y adaptándose a los cambios sociales y económicos.
La fiesta de Alasitas en Urcupiña es un fenómeno cultural de gran riqueza y complejidad. A través de la producción y el diseño de miniaturas, se expresa una tradición viva que conecta el pasado con el presente, lo espiritual con lo material, y lo individual con lo colectivo. Este ritual, que tiene sus raíces en las antiguas creencias andinas, ha encontrado en esta festividad un espacio donde continúa prosperando y evolucionando, demostrando la resiliencia y adaptabilidad de las culturas andinas.
El autor es comunicador y docente universitario

