Entre lobos y hombres: una inmersión caótica en ‘Killers of the Flower Moon’
Una reseña de la más reciente película de Martin Scorsese, que tuvo un exitoso paso por la cartelera comercial boliviana
Una sentencia intrigante, “¿Puedes encontrar a los lobos en esta foto?”, resuena en la esencia misma de Killers of the Flower Moon. Este enigma, revelado en el primer tráiler mientras rostros respetables nos observan, plantea una introspección sobre cuántos lobos pasan desapercibidos en nuestra cotidianidad. Esta semilla mental, una pista valiosa, florece aún más al conocer la extensa duración de más de tres horas. La obra promete romper las barreras temporales convencionales, y surge la pregunta: ¿Cómo se desenvuelve un maestro cinematográfico cuando el tiempo no es limitante?
Después de la experiencia fílmica, afirmo que la película alcanza las expectativas. Al explorar la filmografía de Martin Scorsese, conocido por ritmos diversos como en Goodfellas o Silence, Killers of the Flower Moon emerge como un paseo caótico. La prolongada duración permite a Scorsese adentrarse en cada escena, imitando la pausada realidad, elevando la inmersión al sumergirnos en las vidas de los personajes.

El calificativo de “paseo caótico” se justifica en la sucesión de eventos extraordinarios, presentados con calma y tranquilidad. Este contraste deleita al espectador, creando una conexión profunda con la historia. La película, como un retrato caótico, desafía la expectativa clásica de héroes triunfantes y víctimas rescatadas. El triunfo es agridulce, el rescate es parcial y el crimen cobra su deuda, aunque la equidad en el pago es esquiva.
¿El crimen paga de la misma manera para todos? Es la gran pregunta que plantea la película. Los villanos, partícipes de la misma transgresión, terminan asumiendo costos dispares. Esta situación invita a una profunda reflexión sobre la responsabilidad individual y sus consecuencias.
La tarea después de ver la película consiste en observar el entorno y cuestionarse si seremos aquellos que asumirán íntegramente las repercusiones de nuestras acciones o si intentaremos eludir sus consecuencias. La representación detallada de la Nación Osage y las actuaciones magistrales del elenco consolidan la película como una experiencia inmersiva. La narrativa caótica y las preguntas morales persisten, trascendiendo las luces del cine. Scorsese, una vez más, demuestra su habilidad para provocar reflexión y desafiar a encontrar los lobos en nuestra propia realidad.
Luciana Ortiz
Estudiante de Comunicación de la UPB Cochabamba

