El viaje de Chihiro: las claves de la obra maestra de Hayao Miyazaki
La película, estrenada el 20 de julio de 2001 y escogida por la BBC como la cuarta mejor cinta del siglo XXI, cumple 18 años. Hoy en Culto repasamos las claves de una de las producciones más destacadas de la animación, no solo japonesa, sino a nivel mundial.
Felipe Rojas / La Tercera
“Siempre estoy entre risas y lágrimas ante el magnífico espectáculo de sus películas animadas. La belleza de las imágenes, su sentido de lo natural, su simplicidad no dejan de conmoverme. Me alegro al pensar que realizadores como usted han sabido lograr su independencia frente a los grandes estudios japoneses, que no han sabido evolucionar y han perdido el verdadero sentido del cine”. Con estas palabras Akira Kurosawa se refería a la figura de Hayao Miyazaki.
Ambos han sido emblemas del cine japonés. Kurosawa, por su parte, ha dirigido obras como Rashomon, Ikuru y Los siete samuráis, esta última escogida como la mejor película de no habla inglesa de todos los tiempos en una encuesta de la BBC.
Miyazaki, en tanto, ha comandado Studio Ghibli, su centro de operaciones para trabajar producciones animadas. Ahí películas como Mi vecino totoro, La princesa Mononoke, El castillo ambulante y El viaje de Chihiro (conocida también como Spirited Away) le han otorgado reconocimiento mundial.
Precisamente esta última es la que más éxito le ha reportado. Tras su estreno, el 20 de julio de 2001, recaudó 30 mil 400 millones de yenes* (cerca de US$ 230 millones), convirtiéndose así en la cinta más taquillera de Japón, superando en 2001 a Inteligencia Artificial y Pearl Harbor, mientras que a nivel histórico dejó atrás a Titanic.
Sumado a ello, en el 2003 El viaje de Chihiro ganó un premio Oscar como Mejor película de animación (años más tarde, precisamente en 2014, Miyazaki recibió otra estatuilla, aunque de manera honorífica por su trayectoria). En aquella ocasión fue escogida por sobre La era de hielo, Lilo & Stich, Spirit: el corcel indomable y El planeta del tesoro. El mismo 20 de julio de ese año se estrenó en Chile.
“Esta maravilla visual es el producto de una imaginación feroz e intrépida cuyas creaciones son diferentes a las que hayas visto antes”. Así definían la película de Studio Ghibli en Los Angeles Times.
Cabe destacar que en agosto de 2016, la BBC encuestó a 177 críticos de cine de todo el mundo (“excepto la Antártica”, dice la publicación). ¿El motivo? Consultarles sobre cuáles eran, hasta el momento, las 100 mejores películas del siglo XXI. Ahí El viaje de Chihiro obtuvo el cuarto lugar, siendo de paso la más encumbrada de las producciones animadas.
¿Qué hace de la película de Miyazaki que sea tan destacable? Acá algunas claves.

“No puede ser. ¡Estoy soñando! Despierta, despierta, despierta. Solo es un sueño. Vamos, desaparece”.
Todo parte con la familia Ogino. Akio (padre), Yüko (madre) y Chihiro (hija y protagonista) están arriba de un auto en un viaje para cambiarse de casa. La negativa de la niña al cambio es evidente: se aferra a un paquete de flores que le regalaron, se cruza de brazos y saca la lengua por la ventana.
Tras unos kilómetros avanzados, Akio desvía el recorrido. Los Ogino así terminan llegando a un túnel. Detienen su vehículo e ingresan al misterioso lugar. Chihiro, algo incrédula, les pide que vuelvan, pero hacen caso omiso, mientras un particular viento los arrastra a seguir más adentro.
Ya atravesado un tramo, pasan por una especie de templo, ríos y finalmente llegan a pueblo desierto. Ahí, una especie de feria y unos baños termales destacan. Sin embargo, para los padres de la niña más llamó la atención una gran cantidad de comida que encontraron en uno de los puestos. Pese a la insistencia de volver al auto y no comer, Chihiro no fue escuchada. Tras pedir ayuda, vuelve a buscar a Yüko y Akio, pero ahí vio lo más chocante: ambos estaban convertidos en cerdos.

Cae la noche y consigo se dispara la desesperación de la adolescente, quien corre por el pueblo. A medida que transcurre el tiempo, comienza a ver distintos seres de un universo distinto del real. Así, su búsqueda por volver al mundo que pertenece, y de paso recuperar a sus padres, la lleva a trabajar en los baños termales. En ese fin es ayudada por un joven llamado Haku.
Eso sí, esa “búsqueda” va mucho más allá, despegándose de lo literal. Ese es precisamente El viaje de Chihiro.

Uno de los puntos de mayor conversación post película es el mensaje que esta quiere entregar. Es cosa de dar vuelta por Reddit, Tumblr, Twitter o cualquier otra red social. Incluso, hablando de ello con amigos. Y la verdad es que son tantas las vertientes, que cualquier análisis parece quedar corto.
De hecho, el mismo Hayao Miyazaki tenía mucho más en mente para ser plasmado. “Como de costumbre, después de que comenzara la producción, me di cuenta de que duraría más de tres horas si lo hacía de acuerdo con mi plan (ríe). Entonces, tuve que cortar mucho de la historia y hacer un cambio completo”, contó en una entrevista el director de El viaje de Chihiro, calificando esto como una de las dificultades más grandes que enfrentó.
Entonces, ¿cómo dimensionamos esta película?
Para Gonzalo Hernández, administrador de la comunidad Ghibli fans Chile, “Chihiro tiene un mensaje de madurez, pero la gran enseñanza es el cuidado de nuestra naturaleza. Ello lo muestra la escena del Dios del río contaminado”.
Sin embargo, Cristián Briones, dueño de la tienda especializada en cine Fílmico, va más allá. De hecho, afirma que al dimensionar la obra de Miyazaki uno cae más en el elogio que en el análisis. “Creo que el punto de partida ahí es demasiado alto. Chihiro es la película cúlmine de Miyazaki, en el sentido que es dónde plasmó mejor el subtexto de sus películas, una narrativa en extremo precisa -no hay plano que sobre en El Viaje– y un nivel de belleza en su animación en un equilibrio demasiado cercano a la perfección”, asegura.
Retomando Reddit, uno de los comentarios con más votos en esa red social (más de 2400), realizado por el usuario Dojodog, comentó que “la película es una de las mejores realizadas en la historia, pero también es sólida y culturalmente transversal (…) Los niños están recibiendo una historia y los adultos también. Realmente no hay muchas películas animadas que lo logren”.

