El MNA, a la deriva (como Bolivia)
Las dos últimas muestras del Museo Nacional de Arte (de pintores y dibujantes/escultores) carecen de una curaduría (adecuada)
El Museo Nacional de Arte (MNA) es una metáfora de la Bolivia de hoy en día. Luce abandonado, a la deriva. Los cinco premios nacionales de culturas (de novela, de poesía, de literatura juvenil, de literatura infantil y el premio en lenguas originarias) fueron eliminados por el gobierno de facto de la señora Áñez y jamás fueron repuestos.
El abandono y el “no me importismo” también contagiaron al MNA. La última afrenta a Diego Morales Barrera (y la tibia “aclaración pública”) y la actual muestra “Pintores del Bicentenario” grafican el desamparo.
La exposición de 30 pintores -para “homenajear” los 200 años de Bolivia- es una vergüenza; es un descomunal despropósito. Mezclar a maestros como los Lara y Lorgio con acuarelistas desconocidos para cumplir una cuota departamental carece de sentido. Juntar corrientes, estilos y épocas sin ton ni son habla de una ausencia total de curaduría (un signo más de una mala gestión en el museo). ¿Por qué se centra únicamente en el siglo XX siendo el dizque “tributo” a los 200 años? ¿Da flojera laburar en una línea narrativa coherente? Nota mental uno: ¡parte de la muestra está en uno de los pasillos del MNA!
los cuadros ni siquiera llevan el año de su elaboración y hay algunos sin referencia. Las ausencias de grandes maestros y maestras de la pintura boliviana (como Cecilio Guzmán de Rojas, Ricardo Pérez Alcalá, María Esther Ballivián o María Luisa Pacheco, por citar solo a algunos) es insultante.
En las notas de prensa facilitadas por el museo ni siquiera se consigna el nombre de los autores “seleccionados”. Para que conste en actas nombraremos a los maestros y maestras “agraciados” (de los que están y no deberían estar no diremos nada).
Ellos y ellas son: Raúl Lara, Keiko González, Eusebio Choque, Fabricio Lara, Fernando Montes, Ramiro Mendieta, Gustavo Lara, Alfredo La Placa, Gastón Ugalde, Tito Kuramotto, Fernando Antezana, Edgar Arandia, Mamani Mamani, Lorgio Vaca y Silvia Peñaloza. Nota mental dos: sorprende la escasa presencia de pintoras. ¿Por eso la muestra titula “Pintores del Bicentenario”? En lenguaje inclusivo, también se aplaza el MNA.
Da la impresión de que se llenan las salas por cumplir sin la más mínima atención; da la sensación de que se sacan obras de los depósitos como el que va al fondo del tambo para agarrar papas. ¿Por qué callan los pintores/pintoras y los hacedores/críticos de arte? Disculpas por la pregunta retórica,
Si efectivamente, como afirma el señor que firma la curaduría (Leonardo Calisaya Castillo), estos pintores son “pilares fundamentales en la construcción simbólica del país”, ¿por qué se monta una exposición que apenas alcanza a ser “juntucha”? Por cierto, la anterior muestra “Dibujantes y escultores del Bicentenario” (también únicamente en masculino) cojeaba/tropezaba con los mismos obstáculos. ¿Qué hemos hecho para merecer este bochorno?

