Desde las entrañas de Gabriela Garbo
Un texto que presenta la exposición de la artista argentina que reúne 32 obras en el Museo Nacional de Arte, en La Paz
Gabriela Garbo, artista argentina, presenta en el Museo Nacional de Arte una selección de sus obras, denominada “Desde las entrañas”, que consta de 32 dibujos y pinturas trabajadas en óleo, acuarela, tinta y pastel.
Es un arte figurativo, en el que predomina la figura humana, el desnudo. Gabriela Garbo describe su arte como erótico, lo que le permite expresar una realidad que no siempre es feliz y jubilosa, y podría resultar angustiosa.
La serie “Desde las entrañas” contiene un elemento formal a destacar: el dibujo, pero es un dibujo exprofesamente simbólico, que capta una realidad sensual para redimensionarlo, pues el dibujo captura hechos, conceptos, e irradia consignas, pulsiones, subjetividades, imaginarios; individuales y colectivos. Por ello mismo, en buena parte de las corrientes artísticas ‒de ayer y de hoy‒ el dibujo tiene primacía sobre el color. Y si acaso, el colorido de las obras podría aguantar cien años, el dibujo quedará por siempre. Ya lo había dicho Picasso: “el color es efímero, el dibujo es eterno”.
El dibujo de Gabriela Garbo linda con lo grotesco, lo cual marca sus distancias con lo bello, una categoría estética que ya había sido cuestionada por Goya, en el siglo XIX; luego, por las vanguardias artísticas de principios del siglo XX, particularmente por los expresionistas Kirchner y Grosz, que se habían sumergido en la vida nocturna para señalar los aspectos violentos de la modernidad capitalista.
Acentuar lo grotesco en oposición a lo bello fue también parte del programa estético de los artistas de la nueva figuración de la segunda mitad del siglo XX que ‒frente a la abstracción que declinaba y el arte conceptual que emergía‒ jugaba nuevamente con el expresionismo para reposicionar el valor de la temática, los colores contrastantes, el trazo gestual, el sobredimensionamiento de los rasgos corporales, la necesidad de adentrarse en las nuevas subjetividades de fines del siglo XX.
En una historia casi paralela, Gabriela Garbo también transitó de la abstracción a la nueva figuración. Efectivamente, durante 20 años trabajó arte abstracto; sin embargo, ante el riesgo que significaba repetirse en forma estereotipada, y después de su paso por la Bienal de Florencia, el 2010, optó por romper con el arte abstracto y tomar otro rumbo de crecimiento artístico: lo neofigurativo que, hoy, en su versión creativa de lo erótico, está a consideración del público en el Museo Nacional de Arte.
Iván Castellón Quiroga

