Debates sobre rock chicha. El caso de La Logia
Las ‘innovaciones’ de la banda sucrense no buscan únicamente la consolidación de una imagen distinta, también incursionan en la búsqueda de mayores audiencias y legitimación
La música en todos sus géneros es sin duda una expresión cultural y el rock no es una excepción. Pese a que sus orígenes se remontan a un espacio geográfico y temporal determinado, no se puede omitir que en el transcurso de los años, en Latinoamérica se han realizado adaptaciones de este género musical al contexto local y/o regional, con particularidades específicas ya sea en la instrumentalización o composición de los temas a ser difundidos. Este es el caso de la banda de rock denominada La Logia: Rock Chicha, oriunda de la ciudad de Sucre, Bolivia. Es así que en líneas posteriores se realiza una reflexión del fenómeno que ha representado este grupo musical, por su misma denominación, categorización y musicalización producida; con algunos apuntes retomados de una investigación académica realizada desde la disciplina de la sociología.
Cada banda de rock busca, en sus inicios, representar mediante sus composiciones alguna posición, ya sea sentimental, ideológica, política u otro; para transmitirlas a su público. Por otro lado, existen bandas que buscan construir un género musical que deje huella identitaria y represente al grupo como tal, marcando diferencia e innovando en comparación a sus pares. En este sentido se encuentran en contraposición, entre marcar tendencia y mantener especificidad propia. Sin embargo, la aspiración de trascender musical e históricamente hace que la esencia con la que se inició el proyecto musical vaya tomando otras características e incursione en la masa de productos musicales creados por la industria musical.
Ante lo dicho, el sello distintivo de La Logia es la denominación “rock chicha” que, de acuerdo con su vocalista y compositor, expresa ‘lo popular’ y posee una importante carga étnica. Esto es lo que para el grupo les dotaría singularidad y ello se pretende difundir mediante las composiciones realizadas. Y como se había mencionado, esta particularidad es la que llamó la atención de la banda de rock, para la realización de la investigación. No obstante, es necesario hacer alusión histórica al momento de conformación de la banda, ya que en sus inicios se pretendía marcar diferencia y realizar algo propio y diferente desde su denominación misma, es así que surge La Logia. Pero cabe hacer notar que aún no tenían el complemento “rock chicha”. La misma surgió años posteriores tras la necesidad de continuar con el proyecto de construcción de ‘un rock diferente’.
Esta idea se hace presente en el discurso plasmado como imagen de banda, es decir, presentar una identidad relacionada a lo boliviano, mediante las composiciones, la estética de los músicos y como imagen de grupo. Con esto me refiero a que el título de las últimas canciones y discos poseen palabras nativas, además, visualmente los videoclips tienen componentes simbólicos que reflejan la cultura andina y la imagen estética de los músicos también se encuentra en la misma lógica de representación.
No obstante, se debe mencionar que estas ‘innovaciones’ no buscan únicamente la consolidación de una imagen distinta, también incursionan en la búsqueda de mayores audiencias y legitimación. Esto se menciona porque los espacios donde realizan presentaciones no son únicamente escenas rockeras, también se presentan en otro tipo de eventos donde las audiencias poseen heterogeneidad musical, así como en una entrevista realizada afirmó uno de sus integrantes al mencionar que la música que produce La Logia gusta a cumbieros, chicheros, rockeros, folcloristas, etc. Entonces, al incursionar en diversas estrategias de difusión y expandir su público hace que esto se convierta en algo más comercial que únicamente la expresión de una identidad asumida.
Desde otro punto de vista, no se debe dejar de lado al público que consume su producto musical, quienes ya no son únicamente ‘gente popular’ como se suele creer, más bien, representan una heterogeneidad – como se ha mencionado – en cada espacio donde el grupo se presenta. Esto en comparación con las nociones percibidas en los inicios de la banda, ya que existía rechazo y resistencia evidente ante las creaciones de este sub género musical, cuyo producto era considerado para ‘gente de abajo’ o de clase popular.
En consecuencia, es claro que toda banda/grupo es heterogénea en cuanto a sus integrantes y por ende sus pensares, la idea central, entonces, es presentar al público un producto coherente que vaya acorde con la ideología que como banda se tiene. Sin duda, no se puede negar que este tipo de bandas expresan, mediante la oralidad un fenómeno de su contexto y coyuntura y así es, en muchos casos, asumido por su público. Aunque por la heterogeneidad de la población misma, el mensaje transmitido es percibido desde distintos puntos de vista. En este sentido, algunos oyentes sentirán identificaciones profundas con la fusión que realizan, otros se centrarán únicamente en la parte musical y arreglos ejecutados; en cambio, otro tanto gustará del grupo por la composición y el contenido que poseen las canciones. A pesar de todo ello se van incrementando las audiencias y el grupo como tal adquiere ascenso en el ámbito musical. Sin dejar de lado que es parte del proceso la perdida de oyentes por diversos factores.
En consecuencia, es necesario dejar de lado nociones idealizantes y romantizadas al asumir una postura cuando se trata de música como producto cultural, ya que el tiempo, el espacio y las audiencias son factores que determinan sus modificaciones. Ese aspecto remite a otro tipo discusiones que requieren reflexión y crítica en profundidad, pues es un tanto más complejo y no recae únicamente en los puntos mencionados.
Paola Kenta Flores – paokentaf@gmail.com
La autora es socióloga

