Construcciones de lo Simple a lo Elaborado
Un acercamiento a la figura y obra del director de coro y orquesta, además de compositor boliviano.
Cuando suenan las misteriosas notas provenientes de la mente del maestro Ramiro Soriano Arce es inevitable sumergirse en un mundo muy distinto, fuera de lo común, pero que a su vez claramente se nos es familiar.
Envuelto desde muy chico en una atmósfera artística, Ramiro destaca la influencia de sus padres, el escritor Armando Soriano Badani y la educadora musical Edna Arce, quienes le hicieron posible el contacto con todas esas manifestaciones, sobre todo con la de la música; la idea de la dedicación profesional en este campo artístico apareció al terminar sus estudios secundarios, coincidiendo también con la conclusión del conservatorio en La Paz, pero lo que definió su decisión y además posibilitó por medio de futuros acontecimientos su introducción al mundo de la dirección musical, fue el encuentro con ese grupo de artistas dentro de la sociedad coral boliviana dirigidos por Julio Barragán, que se convertiría en lo que hoy conocemos por Coral Nova; es así que posteriormente completó ampliamente sus estudios en la antigua Unión Soviética y ser uno de los fundadores de la Orquesta Sinfónica Nacional de Honduras como uno de los hechos más importantes de su carrera.
Dentro de esa etapa en la dirección musical del maestro nació junto con los demás artistas de Coral Nova, un objetivo ambicioso de dar una proyección mucho más elaborada en los arreglos de música boliviana y latinoamericana en general, elevarla y llevarla a otra intención que manifestase realmente la riqueza con la que se podría percibir y trabajar esta música nuestra, en ese sentido es que el trabajo con los arreglos corales se hacían cada vez más fundamentales para lograr esta meta, asimismo conocer nuestra música con la amplitud más basta posible era de igual forma esencial, es entonces también cuando vale toda la pena recordar uno de los proyectos más importantes que ha tenido Coral Nova y en la que Soriano como director jugó un papel sustancial, a saber, el de la música misional boliviana, que en gran parte fue posible gracias a las tres décadas de investigación del padre polaco Piotr Nawrot y al Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana “Misiones de Chiquitos” celebrado por primera vez en 1996, siendo un evento clave para la difusión de esta música, con la constante y decisiva participación de Coral Nova que a futuro también nos brindaría un valioso registro auditivo de estas obras pertenecientes a una etapa muchas veces ignorada por la mayoría de nosotros. Cabe recalcar que Bolivia es el único país Latinoamericano que ha logrado conservar las partituras del periodo misional jesuita en nuestro continente con una considerable cantidad de ellas.
La faceta como compositor en Soriano empezó de igual forma a raíz de su fuerte participación y dedicación en el coro, comenzando por la elaboración de arreglos para este, e incursionando así en primera instancia con la música vocal, pero ni aun en esas circunstancias se consideraba él mismo como un compositor, señala Ramiro; eran acciones para satisfacer un gusto propio, algo así como un ¨hobby¨, esto siguió para luego adentrarse hacia otros ámbitos orquestales, instrumentales y de cámara, además de cambiar totalmente el sentido de la composición, ya no sería solamente algo hecho de acuerdo a algo que ya está ahí como son los arreglos corales, sino que se convertiría en la expresión personal proveniente de una necesidad intrínseca al ser, para plasmar y explorar eso que sentimos y pensamos en un lenguaje, que en el caso del maestro fue y es el musical; eso sin perder, señala, una libertad que se es dada propiamente al momento de componer, es decir que no se ve obligado a proponer innovaciones en sus obras u otro tipo de cosas que la mayoría de quienes se dedican a la composición se imponen a sí mismos, Soriano hace lo que a él le suena bien, lo que le gusta y lo que desea; quizás ese sea uno de los motivos que hacen de él, un compositor distinguido entre la comunidad musical académica boliviana.
Al momento de escuchar por ejemplo el poema sinfónico, “El Resplandeciente”, basada en La Leyenda del Illimani, podemos notar claramente las fuertes influencias folclóricas e incluso autóctonas que hay en la obra, como es el caso del momento de ¨la boda¨ donde la melodía se encarga de subsumir al oyente en un khantu, al mero estilo del maestro Ramiro que con los rasgos particulares contemporáneos, la estructuración tan peculiar y una lista de cosas que podríamos mencionar, hacen de la experiencia auditiva algo sublime, tan nuestro pero al mismo tiempo tan nuevo y ajeno a la costumbre de concebir nuestra propia música; “Mana, al medio día” es otro claro momento de la composición en el que podemos apreciar esto de forma más notoria, pero esta vez con una cueca, como jamás la habíamos escuchado, aunque este caso no es el primero que nos presenta el compositor, podemos encontrar muchos más ejemplos con este género tan emblemático de Bolivia en el álbum de cinco cuecas para piano o también la ¨Cueca Lenta¨ del maestro; así a lo largo de todo el poema sinfónico podemos notar esta característica tan bella que es propia de Soriano pero también de toda esta etapa actual por la que pasa la música boliviana, esa búsqueda incesante por nuevas maneras de expresar nuestra realidad y ficción, nuestros deseos y temores más profundos como también los más superficiales; es inevitable no poseer el deseo de ser comprendido, para ello manifestarse de la manera más universalmente posible sin perder una gota de la esencia de cada uno de nosotros es fundamental, saber transmitir esas percepciones y proyecciones que nos envuelven día tras día sin que siquiera lo deseemos o incluso lo notemos es pues, la totalidad de nuestra realidad histórica, aquello tan único y valioso que nos hace ser bolivianos.
El maestro Ramiro Soriano, Director del Coro UCB, habla sobre la música colonial boliviana. ¡Acomódense y disfruten!#QuédateEnCasa #YoSoyCato #LargaNocheDeMuseosVirtual
Posted by Universidad Católica Boliviana "San Pablo" on Friday, May 15, 2020
Bajo este contexto, Soriano señala que la totalidad de sus composiciones residen su inspiración en la música boliviana, ya sea folclórica, autóctona o de otro tipo, apreciables en la mayoría de los casos de forma explícita; esta abstracción de lo popular que se hace de forma tan natural por el compositor, señala, es un proceso que se ha hecho desde siempre y no solamente en nuestro país, sino en todo el mundo, en ese sentido la música es una construcción colectiva e histórica, que va sirviéndose de elementos concretos o generales de lo más simple pero no menos rico como es el caso del ámbito nativo, para elevarse y convertirse en algo mucho más elaborado, que tenga el poder de expresar muchas más cosas y con mayor complejidad sin perder su esencia propia, es así que lo académico o lo clásico, llamémoslo así, está estrechamente relacionado con aquellas expresiones populares que a su vez están en comunión con la primera, son pues manifestaciones que por más separadas y distintas que parezcan van evolucionando de la mano, retroalimentándose constantemente entre ellas a través de los años.
Lamentablemente los mecanismos de difusión por los que esta música se pudiera propagar, jamás ha abarcado una cobertura suficiente ni lo hace actualmente, empero no puede residir toda la culpa en ellos ya que se rigen de acuerdo al requerimiento de una mayoría, es entonces que de forma muy triste esta construcción actual totalmente innovadora y única como jamás se había visto en la historia de la música nacional pasa desapercibida para una gran mayoría, con un rango de accesibilidad que es casi solamente para los pertenecientes a esa atmosfera musical o para quienes se proponen en verdad el objetivo de investigar el tema, pero aun en esas circunstancias sigue siendo un trabajo dificultoso, con ciertas limitaciones que felizmente cada vez son menos; ¿qué acciones se pueden tomar al respecto?, Ramiro señala que en la actualidad no podemos ignorar la capacidad difusiva que nos brindan las redes sociales, los sitios web o finalmente el internet en general y que esa ventaja debe ser aprovechada al máximo, pero mucho más importante aún, señala, es la labor de hacer de intérpretes de nuestra propia música, de conocerla y ejecutarla, de naturalizar las obras nacionales dentro de un repertorio universal, es decir el poder tocar tranquilamente una obra boliviana y luego una sonata de Brahms por ejemplo, ¿cuál sería el problema?, debemos inculcar esa cultura por medio de los maestros independientes y de los conservatorios; surge pues una interrogativa que con mucha razón llama a la conciencia de todos los músicos bolivianos ¿Si nosotros no tocamos nuestra propia música quién más lo hará? ¿Quién entonces va a consumir nuestro arte?, podría parecer muy obvia la conclusión de las posibles respuestas a estas cuestiones, pero esta compleja situación se remonta no solo hasta hace poco, sino que nos viene persiguiendo desde hace mucho, suficientemente claros son los ejemplos de los Aires Indios de Eduardo Caba o las Cuecas de Simeón Roncal que recién en nuestros días están tomando la importancia que se les debía haber dado hace ya bastantes años.

Por esto último es que también un buen desarrollo de la educación musical es menester, cosa que teóricamente hablando si lo tenemos, actualmente gozamos de excelentes maestros con un conocimiento bastante amplio y antes también, ser alumno de Humberto Viscarra, Gustavo Navarre, Oldrich Halas, entre otros grandes personajes de nuestra historia musical no ha de haber sido poca cosa, nos comenta Soriano, recordando que al momento de completar sus estudios en Moscú no tuvo complicaciones mayores, por el hecho de haberlo hecho ya en el conservatorio de La Paz; ¿qué factor es entonces el que nos aparta de estar cerca de una comparativa con países del primer mundo por ejemplo? pues el de la total dedicación a la música, de la manera más seria y profesional posible, cosa que lastimosamente al momento de pensar en un posible futuro artístico, lleno de cortedades y dificultades es una elección fatídica para muchos, un riesgo que mejor podría no correrse y que hecho así por último termina en dejar a la música como un simple pasatiempo.
Ramiro Soriano Arce es para muchos de nosotros quienes nos dedicamos a la música, un referente por sus importantes trabajos que nos incitan a meditar cada vez más sobre el ejercicio musical subsumido bajo nuestro contexto nacional del que absolutamente todos somos participes y que a veces nos esforzamos por soslayar, escuchar sus obras es pues, contemplarnos detalladamente en un espejo con otro cristal que per se es una cordial invitación a vivir una realidad más completa y a sumergirnos en la constante Bolivia.
Ernesto Flores Meruvia
Estudiante de la carrera de filosofía y letras – ernesto.flores.meruvia@gmail.com

