Celebrando a una leyenda: Adiós, maestro Leo Dan
Apenas iniciamos el año, la apertura de noticias para el mundo de la canción en español diagrama una pérdida que apunta directo al corazón del tiempo. Leopoldo Dante Tévez, más conocido como Leo Dan, ha fallecido. El maestro de la canción romántica, parte de una generación de voces y composiciones que han sido la banda sonora de la mediación del recuerdo entre generaciones de abuelos y abuelas, papás y mamás, hijos e hijas, y ahora finalmente el recuerdo de esas muchas formas de inspiración sobre el cómo nos narrarnos a nosotros mismos queda marcado con el sello de un 2025 que en su inicio finalizó la tarea de consagrar en la memoria eterna al responsable de mantenerse de fondo a momentos estructurales de las vidas cotidianas.
Con Celia Leo Dan da su primer golpe de éxito, acompañado por la emblemática canción “Cómo te extraño mi amor”, que con la versión del grupo de rock Cafeta Cuba se convirtió en uno de los pasajes obligatorios de la historia de la música popular en español.
Leo Dan representa ese tejido complejo en el que las relaciones de amor se bosquejan, cargadas de una serie de imaginarios que define a una época, pero también explorando en las dimensiones de fondo que hacen que nos sintamos ligados ante nuestros predecesores del tiempo.
Las canciones de Leo Dan, han logrado capturar en el mismo eco las voces de diferentes generaciones, y sin duda han habitado en los hogares y actividades de los trabajadores por lo menos durante 50 años. El antiguo y hoy descuidado arte de la radio, tiene como protagonista esencial de su historia la voz y las letras que el cantautor fue componiendo con el ojo quirúrgico de saber representar la realidad de todos aquellos que necesitaban desde ese lenguaje del alma encontrar una mejor hospitalidad del mundo.
Uno de los últimos discos de Leopoldo Dante “Celebrando una leyenda” logra juntar en versiones de a dúo con él, a una decena de cantantes tan diferentes en época y en estilo, que hacen una muestra final de lo polifacético del cantante para adaptarse al trabajo de sus socios, y también, nos regala para la escucha, lo atemporal de los versos compuestos en toda su obra. Un disco que se convierte en el relato de una carrera, que combina la complejidad de instrumentos sobre las articulaciones de canciones comerciales que tanto han marcado el cotidiano, como también la mezcla y la presencia del mariachi y del rock; ambas combinaciones sellan un punto central, la fiesta y la rebeldía son imprescindibles en el proyecto de un artista que tanto ha representado al ser humano común.
La belleza de la música se concreta en la transmisión, en el punto en el que logra hacernos asimilar esa vorágine de experiencia que tiene tensada nuestra existencia. El sufrimiento por amar es el detonante o la rueda de la historia del sujeto mortal que mira con tanto miedo y recelo al inmortal. Será el amor esa experiencia fundante que nos permite sacarle un aliento de envidia a esos pequeños dioses que nos miran desde la altura total del dominio. Será nuestra herramienta para hacer de la caducidad una obra de arte.
El 2025 se funda en la alquimia de la eternidad de un ídolo. Es momento de encender los parlantes y subirle el volumen, para recordar a aquel que se encargó en narrar las aventuras de nuestros predecesores, las aventuras del amor, las historias que nos han contenido a pesar de la rabiosa historia del poder de las sociedades. Así que, con la botella en alto, es el momento justo para recordar la importancia de amar y que este nuevo ciclo nos acompañe siempre.
Tú llegaste justo cuando menos te esperaba
Y te fuiste sin decirme ni siquiera adiós
Me di cuenta que sin ti, no podía ser yo nadie
Si me faltas tú, mi amor, ¿para qué vivir?

