¿A Tim Burton se le olvidó cómo ser Tim Burton?
Una reseña de ‘Beetlejuice 2’, la esperada secuela que, tras su estreno internacional en la Mostra de Venecia, se exhibe en salas bolivianas desde el jueves 5
Llegó Beetlejuice 2 a cines y es probablemente una secuela con sabor a poco.
El regreso de Beetlejuice a los cines marca la tan esperada secuela de un clásico de culto de los años 80, pero, lamentablemente, este retorno puede dejar a algunos con una sensación de desilusión. Tim Burton, el cineasta conocido por su habilidad para combinar historias profundas con una estética única, parece no ser el mismo de antes.
A 36 años del estreno de la primera película, Beetlejuice 2 retoma la historia de Lydia Deetz, ahora convertida en madre. Lydia, atrapada en el torbellino de una relación fracturada con su hija Astrid, intenta reparar los lazos rotos que se vieron afectados por el divorcio y la desaparición de su padre en Sudamérica. Este conflicto emocional es el eje central de la trama.
Empecemos por el reparto, es excelente. Reaparecen los actores de la primera entrega como Michael Keaton o Winona Ryder y se integra una de las promesas de Hollywood, Jenna Ortega; como también una eminencia del cine, Monica Bellucci. Esta última cuenta con una línea o dos en toda la película, dejando en evidencia que su participación nace a raíz de su relación sentimental con el director como una suerte de capricho por parte de este.
Si bien la película no fue de mi total agrado, en términos visuales, Burton sigue fiel a su sello característico. La película presenta una estética inspirada en el “Expresionismo Alemán”, con un inframundo de diseño alucinante, lleno de ambientes bizarros y criaturas extravagantes. La combinación de una iluminación fría y tenue con el diseño de personajes desfigurados refuerza el estilo visual que Burton ha perfeccionado a lo largo de los años. Sin embargo, el mundo real, en contraste, resulta menos fascinante y deja a los espectadores con un deseo insatisfecho de explorar más a fondo el intrigante inframundo.

Un aspecto positivo es la evolución de los efectos especiales, que fusionan de manera creativa los efectos prácticos tradicionales con CGI. Tim Burton siempre ha sido conocido por su habilidad para construir atmósferas inmersivas usando maquetas y maniquíes, y el uso actualizado del CGI en combinación con estos efectos tradicionales es una característica apreciable en la cinta.
Sin embargo, debemos tomar en cuenta a dos de los personajes, que decepcionaron bastante, el primero ya mencionado. Delores, el personaje de Bellucci, es prácticamente inútil. Ella fue la esposa de Beetlejuice y busca vengarse de su ex esposo por su fallecimiento. Si el personaje existiera o no, la película sería la misma porque no aporta absolutamente nada a la historia más que el backstory del demonio. Por sus similitudes físicas puede entenderse que este personaje es un homenaje a Sally de la película stop motion El Extraño Mundo de Jack, proyecto en el que Tim Burton trabajó hace algunos años.
Por otro lado, Astrid, encarnada por Jenna Ortega, representa una oportunidad perdida. Ortega ha demostrado su capacidad actoral en filmes como X y Miller ‘s Girl, pero aquí su personaje carece de la profundidad emocional que podría haber exhibido. En lugar de captar empatía, Astrid provoca indiferencia. Recorriendo la filmografía del director podemos encontrar historias hermosas con personajes cuyo trasfondo emocional está perfectamente construido; este no es el caso.
En resumen, Beetlejuice 2 se presenta como una opción entretenida para disfrutar en familia, con una comedia que ofrece una escapada temporal de las preocupaciones cotidianas; no obstante, para los fanáticos del cine de Burton, es una obra de arte que no está no a la altura de su autor.
Santiago Trutat

