La ‘política’ en el caso Rubiales
Un análisis de las connotaciones que ha tenido el escándalo por el beso que le dio el expresidente de la Federación Española de Fútbol a la futbolista Jenni Hermoso
El incidente que involucra a Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, y Jennifer Hermoso, jugadora de la Selección Española de fútbol femenino, no solo ha suscitado discusiones en torno a la conducta personal y profesional en el marco de las relaciones laborales y la violencia de género, sino que también ha expuesto una problemática común en los medios de comunicación: el uso indiscriminado del término “política”, asociado de manera rígida con el ámbito gubernamental y partidista.
En España, los medios de comunicación, sobre todo el programa Chiringuito de Jugones, han revelado una tendencia a malinterpretar y utilizar indistintamente el término “política”. Esta confusión pone de relieve la necesidad apremiante de adquirir una comprensión más profunda y precisa de su significado, con el fin de emplearlo de manera adecuada y contextualizada.
Entendemos que los medios de comunicación en general a menudo enfrentan desafíos en el uso preciso de términos técnicos y conceptos complejos. La falta de conocimiento especializado en ciertos campos, sumada a la presión por entregar notas de prensa rápidamente, puede dar lugar a interpretaciones inexactas con relación a la polisemia de varios términos.
En el caso que exponemos, es fundamental reconocer que el término “política” tiene connotaciones diversas y complejas que van más allá de su aplicación en la esfera gubernamental. En este contexto, su uso incorrecto puede no solo llevar a confusiones, sino también a minimizar la importancia de los asuntos en juego y a tratar superficialmente temas que requieren un análisis más profundo y contextual.
Como bien señala el historiador Gabriel Salazar (2012), “no existe un solo tipo de ‘política’ sino, al menos, dos”. Por un lado, está la política que transcurre en el nivel de la “representatividad y la constitucionalidad vigentes; es decir, ‘la’ política de los partidos, de los diputados, senadores, ministros, presidentes, etc.”. Por otro lado, está la política propia de la soberanía ciudadana, que no se rige necesariamente por la Constitución y las leyes, ya que detenta el poder constituyente del que deriva el legislativo. “Trasciende, por tanto, la ley vigente. Es anterior y posterior al Estado. Esta política ciudadana instruye, fiscaliza y subordina a los políticos”.
Dentro de este marco, resulta esencial delinear con claridad la segunda concepción propuesta por Salazar, la cual ha permanecido desconocida para los medios. Esta perspectiva se relaciona con el conjunto de prácticas y actos que involucran la negociación, resistencia y transformación de las normas y estructuras de poder que regulan la vida social. La “política”, desde esta perspectiva, no se limita a instituciones y procesos formales, sino que está presente en los gestos cotidianos, las identidades construidas y los desafíos a las convenciones establecidas.
A medida que la sociedad se esfuerza por una comunicación más precisa y significativa, es esencial que todas y todos, y especialmente los medios de comunicación, asuman la responsabilidad de utilizar términos con precisión y con un entendimiento completo de sus implicaciones. En el caso de la relación entre Luis Rubiales y Jennifer Hermoso, esta situación subraya la importancia de una comunicación cuidadosa que refleje la complejidad de los asuntos en discusión y evite trivializar términos importantes como “política”.
Boliviano, candidato a doctor del programa Teoría Crítica y Sociedad Actual de la Universidad Andrés Bello, Santiago, Chile.

