Querido abad Calmet
No estabas tan equivocado, abad Calmet, cuando en tu Tratado sobre las Vampiros (1746) (título original: Traité sur les Apparitions des Esprits, et sur les Vampires, ou les Revenants de Hongrie, de Moravie, &c.), decías que retornar de la muerte, en el mundo natural, es solo posible con la intervención de Dios, tampoco cuando decías […]