Elección de anatomía
Me ha pasado una o dos veces, eso de quedarme quieta, al acecho, sin hablar, mirando la oreja bulbosa y suave de alguien. Me ha pasado sentir esa hambre, ese deseo, ese relamerme. Sentirme un Drácula cerca de la yugular y la sangre caliente, pero nunca un león o un ratón con su hambre visceral. […]