Prontuario
Comentario sobre el libro de crónica policial Prontuario. Casos de la crónica roja que conmocionaron a Bolivia, editado por la editorial 3600. Disponible en las librerías del país.
La ciudad es un animal dormido: cuando despierta desmiembra cuerpos a sus alrededores. Los abandona en sus cloacas. En titulares de periódicos, a veces como datos, a veces como historias. De esto trata Prontuario. Casos de la crónica roja que conmocionaron a Bolivia, una recopilación de crónicas policiales que retratan a Bolivia y la ciudad de La Paz (fueron publicadas en el periódico Página Siete), y son recopiladas en formato libro por la editorial 3600.
En la presentación de la segunda edición (que fue en la Feria del Libro de este año), Willy Camacho, editor en jefe de 3600, dijo que es el primer libro de crónica policial publicado en Bolivia. Este dato no es del todo acertado, porque, la periodista, Cecilia Lanza ya fue parte de una publicación sobre crónica policial titulada La chica mala del periodismo.
Prontuario es un libro necesario para tratar de entender a Bolivia desde su oscuridad (algo así como la serie Mindhunter de David Fincher, que retrata a los asesinos en serie de Estados Unidos, para lograr entender sus mentes y los móviles del mal, y al final los investigadores entienden lo que es Estados Unidos: una máquina de horror.
Esta edición fue publicada con tres crónicas más: Cartas para Carla y Jesús (que trata sobre el asesinato de una pareja el día del año nuevo), de Daniela Romero Linares; Abogánsters (sobre el caso del abogado Jhasmani Torrico, que tenía detrás de su escritorio las fotografías de Caracortada, El Padrino y Taxi Driver, y que utilizaba la violencia y redes de corrupción para ganar sus casos), de Leny Chuquimia Choque y La manada boliviana (la historia de una muchacha que fue violada por sus amigos en un motel de Santa Cruz), de Carolina Méndez Valencia.
El libro está compuesto por 13 crónicas que varían de calidad (y otra vez la editorial 3600 incurre en erratas que podrían haber sido fáciles de arreglar con un buen editor. Por ejemplo: palabras sin espacios. Por ejemplo: en el índice tres crónicas tienen el número 11).
Las que rescato porque son crónicas redondas, bien estructuradas y bien escritas: Luis Arce Gómez: campeón de ajedrez (que trata sobre el brazo derecho del dictador Ovando, en su faceta de criminal y ajedrecista, un hermoso y sádico perfil), de Cecilia Lanza; Yo soy Hanalí (la historia del asesinato de una periodista a manos de su esposo policía), de Anahí Cazas Álvarez y Cartas para Carla y Jesús, de Daniela Romero Linares.
Para todo estudiante de periodismo este libro es imprescindible, porque a la vez es un taller sobre cómo escribir una buena crónica. Paso uno: la investigación. Paso dos: los datos precisos. Paso tres: la estructuración de la crónica. Paso cuatro: la elección de la voz y el tono. Paso cuatro: el primer párrafo que enganche al lector. Paso cinco: realizar perfiles completos de las personas que estuvieron en el hecho.
Para los escritores mexicanos y estadounidenses la frontera es el infierno. Solo basta leer a Cormac McCarthy o a Yuri Herrera. El escritor chileno Roberto Bolaño ya lo había descrito así en su novela póstuma 2666, que trata sobre los asesinatos en una ciudad imaginaria de la frontera entre México y Estado Unidos, que bien podría ser Ciudad Juárez.
Para el periodista boliviano el infierno o parte del infierno está en la ciudad: sus calles oscuras que ocultan asesinatos, sus ríos que tienen manchas de sangre. Sus habitaciones judiciales que son el remedo de las peores pesadillas de Kafka.
Prontuario. Casos de la crónica roja que conmocionaron a Bolivia es un libro que quema desde las primeras páginas, que uno necesitará transitarlo con la ayuda de un guía (¿un poeta, un periodista?): es un libro necesario.
Periodista y escritor – zion186@hotmail.com