‘Los grandes movimientos’ de Arturo Reque Meruvia: descubriendo los murales de la exgobernación cochabambina
Un análisis con la historiadora del arte Michela Pentimalli sobre las representaciones de las batallas de la independencia del pintor cochabambino
Es fácil perderse en los enormes murales en los que el pintor cochabambino Arturo Reque Meruvia (1909-1969) representó hechos históricos. El espectador puede sentirse sobrecogido ante al mar de personajes, cuerpos, elementos y símbolos que han sido emplazados a lo largo del cuadro; donde dirija su mirada, en cualquier punto de la obra, está sucediendo una acción. Esta grandilocuencia representada en pleno acontecer es para la historiadora de arte italoboliviana Michela Pentimalli una característica transversal a lo que podría llamarse la vertiente historicista de Reque Meruvia, de quien estudió muchos años su obra.
“Las composiciones son magníficas, realizada en diferentes planos con mucho dinamismo. Es un gran movimiento, casi en espiral, casi barroco con escenas de masas y personas. El movimiento es una característica de su producción, estas escenas corales, bélicas, de guerra y revueltas”, cuenta Pentimalli sobre el pintor que comenzó siendo autodidacta para después estudiar en Buenos Aires y Madrid, donde falleció.
Tres murales pertenecientes a esta corriente de Reque Meruvia, que exceden los tres metros de ancho y los dos de altura, están emplazados en el Salón Rojo de los edificios de la exgobernación cochabambina, ahora Casa Departamental de las Culturas. Son verdaderos baluartes patrimoniales, pintados entre 1945 y 1946, que ya han sido inventariados y recomendados para su restauración por el Ministerio de Culturas. Reque Meruvia ya había representado la gesta libertaria de La Paz y otros hitos de la Guerra del Chaco, pero en estos se enfoca en tres batallas decisivas para la independencia de Cochabamba: la Batalla de Aroma (1810), la Batalla de Hamiraya (1811) y la Batalla de las Heroínas de la Coronilla (1812).
Una obra contada en tres partes, un suceso histórico, la independencia de Cochabamba, en tres cuadros. Pentimalli explica que las obras, que reúnen todas las características de la etapa historicista, ocurren en dos dimensiones: la real, la de la tierra (las vendedoras del mercado en la Batalla de la Coronilla, los soldados realistas siendo abatidos a palos en Aroma); y la del espacio alegórico que se puede ver, por ejemplo, en el de la Batalla de Hamiraya, con una referencia religiosa muy clara y central con la virgen o el paisaje pintado en escorzo en el plano posterior.
“Es interesante porque el paisaje está pintado a la manera de los paisajistas cochabambinos de la época. Es un contraste entre la ‘eternidad’ del paisaje y el dinamismo de la acción. El paisaje es el terruño para la cual se combate…”. Todo ello, añade la historiadora, acentuados en rojos, cafés y negros que exaltan la acción narrada.
Halla Pentimalli en Reque Meruvia mucho conocimiento de la composición barroca, pero de igual manera una representación del cuerpo masculino, del héroe representado en las figuras realistas de la propaganda en los regímenes socialistas y fascistas. “Hay una maestría en él, indudable. Una maestría en la factura de las obras. Sabe utilizar todos los medios pictóricos también el dibujo, la acuarela, ha sido un excelente artista en ese sentido”.
Los libros refieren que Reque Meruvia comenzó en la tendencia indigenista para después realizar esta producción historicista. “El indigenismo estaba en los años 30 en pleno auge y todos los pintores de la época de una manera u otra, con mayor o menor profundidad, con conceptos ideológicos o solamente estéticos, se dedicaron al indigenismo. En cuanto al historicismo, no sabría contestarte exactamente cuándo le empieza a interesar, por lo que recuerdo es bastante temprano, no solo en los años 40. Por ejemplo, en su obra sobre la Guerra del Chaco hay dos vertientes, creo yo. Una donde testimonia su propia experiencia con dibujos, acuarelas y carbón sobre papel, más realistas que recogen el momento; mientras que hay obras sobre la misma campaña que realizó como reportero gráfico del Chaco, pero desde un punto de vista, no sé si historicista, pero muy retórica, de la exaltación de lo patriótico. Ahí hay una intención y está en toda su producción de este estilo, está la intencionalidad celebratoria”.
Está claro que existe una confección artística e ideológica en su producción. Al igual que ocurrió en la Guerra del Chaco, fue reportero gráfico en la Guerra Civil Española (1936-1939). De esa época es su obra “Alegoría de Franco y la Cruzada”, resguardada en el Archivo Militar de Madrid, y en la que están presentes esas dos dimensiones (real y alegórica) de la que habla Pentimallí: “Atrás de Franco está el apóstol Santiago y Franco está vestido no solo como el cid campeador, que salvó el país y constituyó un imperio y también es peregrinó, sino que tiene el mantel de Santiago de Compostela; un santo guerrero”.
Sobre si Reque Meruvia era seguidor de Franco es un tema del que solo se puede especular y una pregunta que se ha hecho Pentimalli y el que suscribe.
LOS MURALES
“Batalla de la coronilla” (1945). Óleo sobre tela. Relata el suceso histórico del 27 de mayo de 1812. En la colonia de San Sebastián (o Coronilla), cuando el general realista, José Manuel de Goyeneche y Barreda tras vencer a las fuerzas patriotas de Esteban Arze en la batalla de Pocona. Atacó la ciudad de Cochabamba. Goyeneche creía entonces tener a su disposición la toma fácil de la ciudad al no contar con suficientes hombres, pues la mayoría de ellos se hallaban dispersos en otros frentes de combate, ante esta situación, las mujeres, en su generalidad vendedoras del mercado popularmente conocidas como chifleras y muchas criollas, al verse sin la protección del ejército Patriota, se organizaron a la cabeza de la anciana ciega Doña Manuela Gandarillas y decidieron dar resistencia a los chapetones.
“Batalla de Hamiraya” (1946). La batalla de Sipe Sipe o batalla de Hamiraya fue un enfrentamiento librado el 13 de agosto de 1811 entre las milicias del gobierno e intendencia de Cochabamba comandadas por el coronel Francisco del Rivero, entre cuyas filas se encontraban los héroes de Aroma y apoyadas por las fuerzas del ejército del norte argentino al mando de Eustaquio Díaz Vélez con 600 hombres contra el ejército real del Perú, comandado por el brigadier José Manuel de Goyeneche y Barreda, nombrado conde de huaqui y el brigadier Juan Ramírez
“Batalla de Aroma” (1946). Hace descripción a la batalla de Aroma llevada a cabo el 14 de noviembre de 1810 en los campos de Aroma o Arohuma (del aimara Haru uma), a orillas del rio del mismo nombre, a pocos kilómetros de sic asica, al noroeste de Oruro y que actualmente corresponde al departamento de La Paz, lugar donde las armas del Ejército Patriota cochabambino comandados por Esteban Arze y Melchor de la Villa y Guzmán (llamado el Quitón) y enviado por el gobernador intendente Don Francisco del Rivero triunfa sobre las fuerzas realistas al mando del coronel Fermín Piérola.