La escritora colombiana Susana Esquivel desde el encierro y el feminismo
La escritora y periodista colombiana Gloria Susana Esquivel que es participante del IV encuentro Internacional de Narrativas, nos ha concedido una entrevista a Ramona para hablar de su encierro como maestra, las reflexiones que nos deja la pandemia y sobre leer a más escritoras.
Gloria Susana Esquivel ha publicado el poemario El lado salvaje y la novela Animales del fin del mundo. Es productora del Womansplaining, un podcast de la revista 070 de Colombia, donde conversa sobre género en diferentes campos de la sociedad y la cultura.
• Tú, como periodista, maestra y escritora ¿Cómo has vivido el proceso creativo en esta “nueva normalidad”?
No siento que haya cambiado mucho porque antes yo también trabajaba desde casa, entonces tenía mis horarios claros. Yo vivo sola y me hago cargo del cuidado de la casa. Entonces, en ese sentido creativo, pues no ha pasado mucho más allá que a veces hay días en los que hay desesperanza o mucha frustración, en esos días no escribo, pero eso también pasaba antes. La nueva normalidad me ha impactado más en mi trabajo como profesora porque las clases por Zoom me parecen muy extrañas, quisiera tener la cercanía de los estudiantes, siento que no se ha inventado todavía una manera de cómo dar clases. Eso es lo que más me ha afectado.
• Desde el feminismo ¿Qué temas han surgido en este encierro para escribir/reflexionar?
Creo que el tema principal es como la pandemia ha evidenciado la gran desigualdad que existe en el mundo, sobre todo en este continente. Ha sido una de las cosas que más me han aterrado porque por ejemplo aquí en Colombia casi el cuarenta por ciento de las mujeres trabajadoras se ocupan en trabajos de cuidados como en el servicio doméstico, en restaurantes y hoteles, estos son los sectores que aquí por lo menos van a estar más golpeados.
Los hombres se emplean en construcción mucho más rápido, entonces hay una gran tasa de desempleo en mujeres y eso es muy fuerte porque esto hace que las mujeres tengan que pasar por situaciones de violencia doméstica, por ejemplo, donde no se pueden emancipar porque no tienen trabajo, no tienen independencia económica. Otra cosa que me ha parecido muy terrible es que aquí en Colombia las niñas tienen una tasa de deserción escolar desde los doce años para dedicarse a labores de cuidado en sus casas y con la falta de colegios esta tasa de deserción ha crecido muchísimo más y la edad también ha bajado. Entonces lo que siento que vendrá después es un montón de niñas desescolarizadas y de mujeres desempleadas y eso me parece que es muy fuerte porque eso va aumentar muchísimo la desigualdad de género.
• ¿Consideras que esa brecha para leer a escritoras mujeres se ha ampliado o cerrado en este tiempo de mayor conectividad digital?
Pues no lo sé la verdad. Creo que tal vez la conectividad digital nos ha permitido a las mujeres crear nuestras propias tribunas. Antes teníamos que esperar a que nos invitaran a ferias de libro o a que los editores se fijaran en nosotras. Creo que ahora las redes sociales lo que han hecho ha sido democratizar un poco esos espacios. Entonces para las mujeres ha sido mucho más fácil tomarnos la palabra desde ahí y tal vez eso genera más atención hacia lo que estamos haciendo y eso a la vez atraiga a más lectores. Lo que me parece interesante es que ya no hay como una tribuna de hombre letrados que avalan quien entra y no a esos círculos, sino que ahora están allí estas herramientas para poder publicar.
• ¿Qué historias crees que a las mujeres latinoamericanas aún nos falta contar?
Yo creo que las mujeres latinoamericanas desde siempre hemos contado historias, desde todas nuestras realidades, desde nuestras realidades territoriales como lo hacen las mujeres indígenas y afroamericanas, desde los derechos sexuales y reproductivos como lo hizo Sara Gallardo en los años sesenta con su novela Enero; desde novelas que hablan sobre la desigualdad de género y la violencia contra la mujer como lo hizo Elisa Múgica que es una escritora colombiana de los años cincuenta. Entonces las mujeres latinoamericanas siempre hemos estado contando estas historias. Lo que creo es que falta que podamos leerlas más, que podamos conocer más la obra de esas precursoras que cada país tiene. Hace poco por ejemplo conocí la obra de Hilda Mundy de Bolivia y me voló la cabeza saber que esa poeta vanguardista existía en esa época (los años treinta).
Entonces siento que más que contar lo que falta es conocer. Lo que falta también es mostrar que la historia de literatura latinoamericana va más allá del Boom latinoamericano y que no son como estos hombres que decidieron que la manera de contar el continente era el realismo mágico, sino que las mujeres desde siempre hemos estado trabajando en nuestra literatura a pesar de la desigualdad de género, porque antes nos encargábamos mucho más de las labores de cuidado, además de que no se leían a mujeres y ellas no podían acceder a la esfera pública. Siento que lo que hace falta ahora es ese trabajo de conexión y de difusión a lo largo de todo el continente para que conozcamos a esas mujeres.