El periodismo también dice presente en la XIV FILC
Diversas librerías y editoriales, presentes en la Feria del Libro de Cochabamba, tienen disponible una serie de títulos de no ficción nacional e internacional
Le quedan unos cuantos días más a la XIV Feria Internacional del Libro de Cochabamba (FILC). El evento literario se realiza en el recinto ferial de la laguna Alalay de 10.00 a 22.00 hasta el domingo 17 de octubre. Dando una vuelta por los stands pude ver algunos títulos de periodismo a los que vale la pena echarle un ojo.
De Svetlana Alexievich -Premio Nobel de Literatura 2015- leí Voces de Chernobil, libro que inspiró, en parte, a la exitosa serie de HBO. En la feria pude encontrar Los muchachos del zinc y La guerra no tiene rostro de mujer. Sin duda, la escritura de la autora bielorusa es relevante e importante para conocer y comprender a través de sus viajes los retratos y la historia de los hombres y mujeres soviéticos y post soviéticos. Así como la de John Hersey. Hiroshima debería ser un texto obligatorio para todo aspirante a periodista y para los que ejercen la profesión. Es una obra maestra del periodismo. En este libro, el periodista ganador del Pulitzer, tomando el testimonio de seis hibakushas (personas que sobrevivieron a la explosión), cuenta lo que pasó el 6 de agosto de 1945, cuando Hiroshima fue destruida por la primera bomba atómica lanzada sobre una ciudad. Generalmente solo llega una copia para este tipo de eventos, así que, si no se vendió ya, deberían ir pronto por su copia.
Potosí, elegido por diferentes medios de comunicación internacionales como uno de los mejores libros de 2017, es una mirada a la historia de la minería, los rastros de la riqueza efímera y la miseria generalizada, el funcionamiento de las cooperativas y los rituales para el Tío, amo y señor de las profundidades; pero a través de Alicia, una niña que vive en un mundo donde la mujer es el último eslabón de la cadena y donde los abusos e injusticias son el pan de cada día. Disponible en la Editorial El Cuervo, ya en su segunda edición, con más detalles y ediciones realizadas por su autor, Ander Izagirre.
Asimismo, otro título imperdible dentro de la colección de periodismo de la editorial dirigida por Fernando Barrientos, es Alguien camina sobre tu tumba, de la escritora y periodista argentina Mariana Enríquez, nominada al Kirkus Prize, en Estados Unidos, lo cual se suma a la selección al Booker Prize durante el primer semestre de este año. En este libro reúne una serie de muy particulares crónicas de viajes por medio mundo. La autora recorre países y continentes para visitar algo muy concreto y acaso inusual: cementerios. Enríquez se pasea y nos pasea por camposantos de medio mundo: una propuesta fascinante que va mucho más allá de lo macabro.
No podía faltar, claro, también la pluma de Álex Ayala Ugarte, a través de obras como Los mercaderes del Che (una de las últimas copias, porque según tengo entendido su tiraje se acabó); La vida de las cosas y Rigor Mortis. Álex, mientras vivió en Bolivia, recorrió y recopiló historias sumamente interesantes, con personajes únicos y entrañables, en lugares, muchas veces, remotos. Su trabajo en el país hace honor a esa casta de periodistas, cada vez más escasos, que realizan el trabajo fuera de los escritorios, caminando con los sentidos abiertos. Sus crónicas son un reflejo de ese realismo mágico que se puede hallar en Bolivia. Sus obras también las encuentran en el stand de El Cuervo.
Otros no siempre habituales o a veces muy raro encontrarlos, son Jon Lee Anderson y Hunter S. Thompson. Anderson, sobra decir, es un extraordinario reportero, considerado el heredero de Kapuściński. Colaborador del New Yorker, donde ha publicado artículos sobre los conflictos más importantes de las últimas décadas, es también profesor en la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. Su libro Guerrillas: crónicas del mundo insurgente, aborda con su habitual minucia y claridad uno de los fenómenos cruciales para comprender la historia de la segunda mitad del siglo XX. Para realizarlo, se adentró en las entrañas y conoció de primera mano las realidades de los muyahidín de Afganistán, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, el Ejército de Liberación Nacional Karen de Birmania, el Frente Polisario del Sáhara Occidental… Muy aparte de la suerte experimentada por los distintos movimientos guerrilleros, el espíritu de su investigación es “comprender qué es lo que motiva a la gente común para ir a la guerra, para tomar la decisión consciente de matar y morir por un ideal que existe, al menos al comienzo, tan sólo en sus cabezas”.
Y claro, Thompson es un caso aparte. Periodista y escritor estadounidense, creador e icono del periodismo gonzo. Uno de los periodistas más controversiales de su tiempo, cambiando el medio e inventándose géneros periodísticos un pase de cocaína a la vez. En La maldición de Lono, Thompson recibe una propuesta de una revista desconocida, llamada Running, para cubrir la maratón de Honolulú, con un buen sueldo y con todos los gastos pagados. Pensando en unas vacaciones tranquilas en Hawái, acepta y extiende la invitación a su amigo, el dibujante Ralph Steadman. Pero lo que iba a ser un viaje de placer y descanso, mezclado con un poco de trabajo, se convierte en una delirante aventura desde el momento en que el escritor sube al avión que lo llevará a su destino. Con su característico estilo, el autor se ocupa de todo aquello que envuelve una de las justas deportivas más antiguas y difíciles. Pero va mucho más allá, logrando escribir una historia magistral acerca de un lugar en el que la mayoría de sus habitantes parecen estar locos. Y la locura casi siempre viene de algún dios, en este caso Lono, “el dios del exceso y la abundancia”, quien efectivamente parece estar detrás de las terribles tormentas y el abundante oleaje que azotan a la isla durante el paso del escritor estadounidense por ella, y en las cuales queda completamente inmerso, tanto en el plano real como en el mental.
Lo más probable es que se me hayan ido algunos o varios libros más que están en la FILC. Sin embargo, hay títulos para todos los gustos, no solo sobre periodismo. Dense una vuelta por la FILC. Apoyemos a nuestras editoriales y librerías, que la han pasado muy mal durante los últimos dos años a causa de la inestabilidad política y pandemia.
Periodista – @DabolAr
Aficionado al cine, a las series, al fútbol, la literatura y la gastronomía. El resto del tiempo lo dedica al periodismo.