‘Ciudadano Kane’ como el mayor ejemplo del filme de colaboración frente al de autor
Algunos datos y reflexiones sobre la ópera prima de Welles e intuiciones sobre lo que se verá en Mank.
Muchos autores y teóricos cinematográficos han utilizado la trabada y compleja producción del Ciudadano Kane (1941) como punto de partida para desarrollar la teoría de colaboración, un postulado crítico con la más tradicional teoría de autor que suele atribuirle toda la creación de una película a su director. Lo cierto es que, durante mucho tiempo, Orson Welles fue considerado como la única mente creadora detrás de la cinta. Pasaron unos 30 años después de su estreno para que comience a aparecer una vasta bibliografía sobre el filme para dar luces y conocer la importancia de las otras personalidades que tuvieron un peso fundamental durante la creación.
Uno de esos libros es The Making of Citizen Kane (1985) de Robert L. Carringer. En su ensayo, cita el crítico de cine uruguayo Homero Alsina Thevenet, impugna la difundida “teoría del autor” que, por diversas circunstancias, ayudaron a que Welles fuera considerado el creador único de El Ciudadano. Se vislumbraron los nombres del director de fotografía, Gregg Tolland, por su profundidad de campo, el colosal decorado de set o la edición en formato de puzzle. Sin embargo, los nombres más mencionados son el del asesor de Welles John Houseman y el del coguionista Herman Mankiewicz.
Justamente el más reciente filme de David Fincher, Mank (que espera su estreno en octubre), parte de la historia de Mankiewicz para contar la producción de Ciudadano Kane. En su reseña, Alsina cuenta que Mankiewicz (quien será interpretado por Gary Oldman) estuvo encerrado durante meses en un racho de Victorville, con la única compañía de la secretaria Rita Alexander (a quien Lily Collins dará vida) y de Houseman (Sam Troughton) para escribir un primer libreto al que llamo “American”. El escritor rendirá homenaje a la joven secretaria, llamando a la segunda esposa del personaje Kane, Susan Alexander Kane (interpretada por Dorothy Comingore, en el clásico de 1941), quien día a día paso en limpio sus primeras versiones.
El mismo Mankiewicz propuso la idea de parodiar en cine la vida del magnate William Randolph Hearst, quien en 1940 sobrevivía, anciano y poderoso a los 77 años. Conocía bien a Hearst y a su amante, la actriz Marion Davies (quien será interpretada por Amanda Seyfried en la película de Fincher). Fue también el testigo ocular de escenas extravagantes en el castillo de San Simeon, que la película transforma en Xanadu. Welles, por su parte, hizo suyo el guion, añadiéndole matices de misticismo y grandilocuencia al personaje de Kane.
Alisna cuenta de igual manera que la segunda y extensa secuencia de Ciudadano Kane es una imitación deliberada del noticiario March of time, en el que trabajó Wells y varios integrantes de su grupo Mercury. A eso le agrego el brillo narrativo, el ingenio visual y verbal, la fluidez estilística y ciertos golpes asombrosamente originales como los montajes con periódicos y la secuencia en la mesa de desayuno.
Conociendo que en los créditos de Mank aparecen los nombres de Hearst (quien será interpretado por Charles Dance) y el del ejecutivo de la MGM, Louis B. Meyer (Arliss Howard), es probable que también se aborde los problemas que trajo el posterior lanzamiento de la película, con la prensa Hearst, con difusión a nivel nacional, censurando el nombre de Welles y presionando a la Metro para comprarle los derechos a la RKO.