Nellie Bly, la primera periodista encubierta de la historia
No me hablen, no me miren, no se acerquen: el mandato principal del periodista encubierto es el disimulo. Farsante en pos de un bien mayor (la primicia o la denuncia), se debate en una paradoja: se vuelve anónimo para llamar la atención. Y si es cierto, como dice la canción, que una esquizofrenia tan aguda […]